Protección olímpica

Cuando la Federación Francesa de Fútbol comunicó al Real Madrid su intención de convocar a alguno de sus jugadores para selección olímpica ya estaba dando por hecho la incomodidad de la cita. Esa preconvocatoria era en realidad una consulta, pues los franceses sabían que el club tenía en su mano la última decisión. Llevarse un futbolista a esa competición, después de haber jugado también la Eurocopa, es una irresponsabilidad y un abuso. El sistema no puede permitir que las Federaciones requisen a su gusto a los clubes, que se ven privados de futbolistas a los que pagan fortunas durante semanas clave.

El torneo olímpico termina el 10 de agosto y la Liga empieza el 16. ¿Qué locura es esta? Esos jugadores tendrían entonces que irse de vacaciones y luego hacer una pretemporada como manda la razón. ¿Cuándo iban a incorporarse? ¿En octubre? Y todo eso si no sufren alguna lesión que pueda condicionar el rendimiento de toda la temporada. Solo hay que recordar lo de Pedri o Ceballos en los JJOO de Tokio. La presión del gobierno francés es inaceptable y sonrojante y el Madrid tiene que resistir la coerción para imponer el sentido común, algo que ya han demostrado los futbolistas reconociendo que están a expensas de lo que decida su club. La FIFA y UEFA ya han sobrecargado bastante el calendario para tragar también con esto.

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