¿Por qué Osasuna sí y el Barça no?

Luis Sabalza, presidente de Osasuna, fue el personaje elegido este año para lanzar el chupinazo en los sanfermines. Después del preceptivo “¡Viva San Fermín, Gora San Fermín!”, añadió un sentido “¡No nos rendiremos!” “¡Aúpa Osasuna!”. A su grito reivindicativo siguió un clamor, que desembocó en el cántico: “Allez, Osasuna, allez, allez…!”. El caso UEFA-Osasuna ha calado en Pamplona, colando el fútbol en los sanfermines, y si en Pamplona hay indignación, en el resto de España el sentimiento es parecido. Por un lado y otro circula la pregunta del millón: ¿por qué a Osasuna le sancionan y al Barcelona no?

La respuesta más directa está en esa frase demoledora que todos hemos escuchado desde la niñez: siempre habrá ricos y pobres. Claro, que la decisión se puede envolver en argumentos, siempre los hay. En este caso, el decisivo sería que en el caso de Osasuna hay sentencia judicial, y en el del Barça no. Con Osasuna, además, se ha dado la mala coincidencia de que tras diez años de recursos la sentencia del Supremo llegó muy pocos meses antes de que Osasuna se clasificara para Europa, cosa que no es frecuente. La UEFA, a la que se le escapan tantas tortugas, encontró así de repente una ocasión para mostrarse atenta y severa.

Es injusto, porque la directiva actual es la misma que en su día denunció el hecho junto con LaLiga. La UEFA, insensible, se empeña en fijar la culpa en el club, no en sus gestores de aquella mala hora. Es un criterio, sí, pero examinado el asunto de cerca, cosa que entiendo no se han molestado en hacer, resulta injusto porque hace sufrir a gente decente culpas de otros y coloca sobre el nombre de Osasuna una mancha infamante. Respecto al Barça, la UEFA pretexta que no puede actuar sin sentencia por muy palmarios que sean los hechos. Y por mucho que el presidente actual sea el mismo que en otra época mejoró los pagos a Negreira.

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