Nadal despeja incógnitas
Cuando Rafael Nadal compareció ante los medios de comunicación el 18 de mayo de 2023 en Manacor para anunciar una retirada indefinida del tenis, se abrió una serie encadenada de interrogantes sobre su futuro profesional. El primero de ellos se resolvió hace un mes, cuando informó oficialmente de su vuelta a las pistas en Brisbane, y se hizo realidad el 31 de diciembre, cuando reapareció en un encuentro de dobles junto a su entrenador y amigo Marc López. Todavía faltaba resolver otra cuestión, la segunda incógnita: ¿A qué nivel volvería en un partido individual? Con ese dilema flotando en el ambiente no pusimos a ver su regreso ante Dominic Thiem, un rival de pasado glorioso y de reaparición complicada. Después de un primer set igualado, Nadal decantó el marcador con solvencia: 7-5 y 6-1, en 89 minutos. Las preguntas continúan obteniendo respuestas. Rafa jugó bien, con un drive afilado, con un servicio eficiente, con cambios tácticos sobre la marcha… Fue un Nadal muy Nadal, pero un año después, sin engrasar. No era la primera vez que el español retornaba después de una grave lesión, pero sí el periodo de ausencia más largo, también el más incierto.
Ahora se abren nuevas interrogantes, que se tendrán que ir despejando raquetazo a raquetazo. Como dice el propio Nadal: “Hoy es un día positivo. Vamos a ver después de mañana”. Habrá que resolver si su deteriorado físico resistirá los desafíos durante el curso. Si su nivel alcanzará para ser competitivo en grandes escenarios o para alzar algún trofeo. Si podrá recuperar el tono para tutear a los actuales dominadores del circuito: Carlos Alcaraz, Daniil Medvedev, Jannick Sinner y, sobre todo, el eterno Novak Djokovic. Si podrá pelear por los dos títulos más ilusionantes en Roland Garros y los Juegos Olímpicos… Y, finalmente, si estamos de verdad ante su última temporada o habrá más. De momento hay motivos para la esperanza, pero esto acaba de empezar. Quedan muchas dudas que aclarar.