Montjuïc y el síndrome del ‘7’

El Barcelona teme y respeta al Madrid. Históricamente. Hace unos meses dejó el ejército blanco su último recado intimidatorio (0-4 en el Camp Nou). Lo que también es habitual en la era moderna es ver a los que llevan el número 7 darles más de un dolor de cabeza. Durante una época fue el añorado Amancio Amaro (que también jugó con el 8 en otras fases de su carrera), un extremo que silenció el Camp Nou en varias ocasiones, hasta que Torres lo dejó “mermado” en un Clásico de los 60.

Tampoco olvido cómo Butragueño dejó hechizada en más de una ocasión a la afición azulgrana con sus amagos, sus desmarques de ruptura y sus regates en seco. Una medicina que previamente había alimentado otro 7 irrepetible del Madrid, Juanito, que una vez marcó en el Camp Nou (30-11-1980) y se lo dedicó a Helenio Herrera, en el banquillo culé, que el día anterior se atrevió a decir esto del malagueño: “¿Quién le va a defender? Da igual. Juanito se marca solo”. Siguiendo con las hazañas del 7 en territorio comanche es necesario acudir al Clásico de 1999, cuando Raúl puso su firma al gol del empate final mandando callar a toda la grada del Camp Nou. Una foto icónica que está en las paredes de muchas peñas del Real Madrid.

Por supuesto, el siguiente 7 que martirizó al Barça en su feudo fue Cristiano. Allí metió goles de todos los colores, sobre todo el del triunfo en 2012, a pase de Özil, que certificó La Liga de los Récords de Mourinho. El gesto del portugués pidiendo calma a la grada culé sigue en nuestras memorias. Como el 7 de Hazard fue inocuo, este sábado volverá la magia de este número icónico con Vinicius. Está desatado. Vini la va a liar.

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