Modric es Peter Pan
El centrocampista croata, casi cuarentón, fue el único jugador blanco capaz de no temblar y mantener cierto criterio con la pelota cuando más apretaba la Real Sociedad. En este calendario irracional, cuando la mayoría de los jugadores llegan castigados de los partidos internacionales, Modric viene crecido después de jugarlo todo con su país. En Croacia sigue siendo indiscutible y su moral y su fútbol lo agradecen. Ancelotti le ha puesto en el once cuando no ha tenido más remedio ante la plaga de bajas y el capitán le ha respondido con clase y categoría en un campo difícil y ante un rival que mordía.
Mientras a Güler se le hacía bola el choque, Luka volvió a demostrar a los más escépticos que su DNI tiene poco que ver con su edad futbolística. Es evidente que es inviable pensar que el veterano centrocampista pueda ser titular durante toda la temporada, pero ayer volvió a demostrar que no va a aceptar un papel residual en una plantilla que no va sobrada de fútbol en el centro de las operaciones. Al final el verde pone a cada uno en su sitio y cuando rueda el balón pocos son mejores que Modric. Y Ancelotti y sus compañeros lo saben.