Menospreciar al Madrid es una idiotez
Me hubiera encantado ver hoy a Karim Benzema estrenarse sobre el campo con el magnífico estatus de flamante Balón de Oro. Pero parece que habrá que esperar todavía algunos días para que el capitán esté totalmente liberado de sus problemas físicos. Hasta ahora no había tenido ocasión de alegrarme por escrito del triunfo de mi compatriota. Lo hago ahora con una sonrisa de oreja a oreja y con el recuerdo de que éramos muy pocos los que pensábamos que tal consagración fuera posible. Sin embargo, esta alegría no puede ser completa. Y, de hecho, no lo ha sido en el seno del Madrid. Porque la delegación del club más importante de la historia del fútbol volvió de la gala de París con la sensación de haber sido menospreciada por los organizadores.
Pocos galardonados de la historia del Balón de Oro deben tanto su triunfo al club donde juegan como es el caso de Benzema. Ya que el francés ha sido apartado de su selección durante cinco largos años y que el Madrid siempre le ha apoyado de forma incondicional. Pero los responsables del premio han querido disociar por completo al vencedor del club que le ha permitido estar en lo más alto del fútbol. Algo que, junto con la cínica decisión de nombrar al Manchester City como mejor del año y de relegar al Madrid al tercer puesto, ha sido vivido como un insulto a la grandeza y a la inteligencia.