Llega la hora de los favoritos
En una etapa muy similar a la segunda, por fin llegó la gran alegría para Wout van Aert. El belga, después de ser tercero y segundo, pudo levantar los brazos. Pocos corredores se lo merecen como él, y presagio que no va a ser su única conquista en esta Vuelta. En jornadas así, como la de ayer, no puedo evitar aplaudir la valentía de los hombres de la fuga, que sin muchas opciones consiguen publicidad para sus equipos invitados. Dos días inmejorables para Luis Ángel Maté, que tendrá el premio de lucir el maillot de la montaña. Y también hay que reconocer el éxito de la carrera en su paso por Portugal, un país cuya gente se ha echado a la calle durante tres etapas.
Hoy la carrera se pone seria con su llegada al Pico Villuercas, una subida con tramos durísimos. La lógica me dice que Van Aert no debería superarlo y que el Visma debería volcarse con Sepp Kuss. Lo tendrá complicado el belga, sobre todo si los hombres importantes empiezan a moverse. Tengo ganas de ver a Richard Carapaz y a Primoz Roglic, dos corredores que me han transmitido buenas sensaciones. Y ojo con las escapadas, porque aquí no hay patrones como Tadej Pogacar o Jonas Vingegaard, que en el Tour no dejaron ni las migajas.
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