Las proféticas palabras de Víctor

“Yo no tiro este partido. Mis jugadores me dicen que vamos a ganar en Santander”. Las palabras de Víctor Fernández en la víspera resultaron más proféticas que nunca y el Real Zaragoza, que siempre ha respondido con el técnico aragonés cuando más le han apretado las circunstancias, completó una notabilísima actuación en El Sardinero y certificó con su merecida victoria su salvación matemática, sin esperar a carambolas o a favores de terceros. Ha sido largo y duro, pero Víctor ha completado su misión de rescate.

El Zaragoza salió como un tiro y golpeó a los tres minutos con un gol de Iván Azón, tras un gran servicio de Toni Moya. Todavía amenazaría el equipo aragonés con una chilena de Jair antes de que el Racing se rehiciera y buscara con decisión el empate. Fue un tramo de asedio, en el que Édgar Badía, providencial, sostuvo al Zaragoza, que, sin embargo, a la media hora tuvo la sentencia en las botas de Liso. El juvenil, con todo a su favor, quiso ajustar su latigazo y el balón acabó en saque de esquina. El partido, pleno de tensión e intensidad, se endureció por momentos, con hasta seis tarjetas amarillas antes de que el VAR se llevara por delante en el minuto 42 un gol del Racing, por una clara falta previa de Rubén Alves a Francés.

La segunda parte tuvo bastantes menos revoluciones. Y se jugó siempre a lo que quiso el Zaragoza. El Racing percutió, pero sin claridad y el equipo de Víctor Fernández hizo un ejercicio ordenado de resistencia, anulando a su rival con orden y aplicación, y dándole la puntilla al partido a un minuto del final con un gol de Sergi Enrich.

Fin al sufrimiento, pero pobrísimo consuelo para un club que debe acometer este verano una reconstrucción absoluta para poder aspirar de verdad al ascenso.

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