La pared de Baraja y el reto a la ciencia de Areso

Un héroe en casa

Si se aíslan los vínculos sentimentales, nadie podía presagiar el éxito incuestionable de Baraja en el banquillo del Valencia. Al menos, visto su paso previo por el Real Zaragoza. Pero el Pipo ha acentuado su condición de figura histórica en el equipo che con un trabajo al que no se le puede sacar ningún defecto. Bajo una propiedad insensata, con un patrimonio futbolístico demasiado exiguo para ser el Valencia, ha dado una identidad reconocible a un equipo que se construye desde la defensa. Por algo es al que menos tiran de toda LaLiga: 9,5 remates recibidos por partido. Durante la visita del Athletic se vio la mejor versión defensiva posible del Valencia. El 1-4-4-2 de Baraja en un bloque medio aprisionó a los medios rivales, provocó sus pérdidas y que no pudieran desempeñarse con verticalidad. Sus futbolistas eligieron bien los saltos para anticipar, cuándo ser agresivo y cuándo contenerse. La proactividad de todos los jugadores, escenificada en Pepelu (16 recuperaciones) y Mosquera (nueve despejes), ofreció una solidez importantísima que impidió la fluidez del Athletic. Un equipo con el volumen ofensivo que tienen los rojiblancos se quedó en apenas seis remates y una sensación de no poder hacer daño en ningún momento a los de Baraja. Con este sistema defensivo, el Valencia se puede permitir realmente soñar con Europa. Sería una hazaña con muchos nombres, empezando por el de su entrenador.

A los puntos

Otro equipo que mira a las posiciones europeas es Las Palmas. Su estilo se parece muy poco al del Valencia, aunque su mérito es similar. Juega con soltura, valentía y también sabe optimizar como nadie todas sus virtudes. En la clasificación paralela y alternativa que genera el Big Data de puntos esperados, baremo que mide cómo deberían ser los resultados de los partidos en función de la claridad de las ocasiones, Las Palmas sería penúltimo... Según este parámetro, lleva 11 puntos más de los que debería sumar. Sinceramente, este no es más que un dato que habla de lo bien que Las Palmas saca provecho de su juego colectivo y, por supuesto, de su acierto en las áreas. No rebaja el concurso del equipo amarillo, sino todo lo contrario.

Un gol no tan imposible

A Jesús Areso (24 años) la estadística avanzada le concedía un 0,8% de probabilidades de marcar en la jugada que sirvió a Osasuna para derrotar al Getafe. La cifra expone a las claras la dificultad de su logro, imposible para la ciencia del fútbol, pero viable como mínimo si uno atiende la trayectoria del jugador rojillo. Areso aparece como uno de los laterales que mejor centran en la Liga al sumar 14 envíos buenos en jugada, un 30% sobre el total de los que intenta. Se distingue como un defensa con proyección, físico, llegada y atrevimiento, además de tener un punto de calidad en el golpeo. En el gol asegura que tuvo la intención de realizar un centro-chut. Solo él sabe si de verdad pasó por su cabeza en algún momento la opción de sorprender a David Soria, pero lo que no admite debate es que posee la capacidad para hacerlo.

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