Gracias a Ancelotti

Que el Madrid es un equipo con espacios y otro sin los mismos es una evidencia inapelable. Más si no está Benzema y si Ancelotti se ahorra a Modric como consecuencia de su flamante política de descansos. Tan indiscutible resulta esta realidad como la propia evolución que ha protagonizado el equipo blanco en partidos cerrados. En otro tiempo, el Madrid acudía a centros laterales sin filtro alguno y era víctima de cierta precipitación que le convertía en previsible. Ahora tira de paciencia, movilidad e ingenio para no perder el control del juego y encaminarse hacia el triunfo. Hay un plan y se cumple. Así lo hizo ante un Mallorca ultradefensivo, seña de identidad desde la llegada de Aguirre, con un 1-5-3-2 muy hundido. El Madrid no se puso nervioso, ni con el gol en contra por un error manifiesto de Mendy en la vigilancia sobre Muriqi, y atacó con orden. Fue capaz de mover la pelota de un lado a otro, de meter balones entre líneas, de realizar conducciones verticales y de prodigarse en disparos peligrosos desde fuera del área para desacoplar al Mallorca. El éxito remite a actuaciones individuales poderosas, pero también a la mano de Ancelotti.

Ceballos llevó bien la manija y Valverde aportó lo que se espera de él y mucho más. El gol extraordinario que marcó lo tiene por condiciones, pero eso no desdeña las virtudes que aglutinó toda la jugada. La dimensión física, técnica y psicológica de la acción delimita la importancia categórica del uruguayo en el esquema de juego. Sus rupturas para recibir en desplazamientos en largo de Kroos o la profundidad que dio en la derecha con desdoblamientos a Lucas proyectaron al Madrid. También lo logró Rodrygo con sus arrancadas. Es el único jugador de la plantilla que puede reemplazar en algo a Benzema. La decisión de Ancelotti de trasladarle a la delantera, con libertad en el frente, alcanzó todo el sentido en el 2-1. Hazard estuvo apocado y el Madrid necesitaba de agresividad entre líneas, cualidad identificable en el fútbol de Rodrygo. De esta forma, con Vinicius deshaciéndose al final de Maffeo en un pulso emocionante, el líder firmó una remontada en un partido que en otra época se le hubiera atragantado. Pero ahora sabe encontrar soluciones, gracias a Ancelotti.

Recepción, giro y conducción

Rodrygo se ofrece a la espalda de los centrocampistas del Mallorca a una altura que complica la salida de los centrales. Modric conecta con él y el brasileño ejecuta una acción de manual cargada de atrevimiento. El atajo hacia el gol parece sencillo, pero necesita de intérpretes de esa entidad.

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