João Félix encuentra su biotopo con Xavi

Mientras el sainete de la Selección femenina desgranaba nuevos capítulos, la Champions comparecía en nuestras pantallas con dos de los nuestros. El saldo es bueno, con goleada del Barça en Montjuïc y empate del Atleti en Roma, si bien en este caso el chasco final nos dejó fríos. El Lazio es el rival duro del grupo, así que este resultado a domicilio hay que valorarlo, pero el hecho de que el 0-1 se malbaratara en el 94′ por un cabezazo del meta romano, Provedel, que había subido a rematar un córner a la desesperada, convierte ese buen empate en un disgusto. Pero el disgusto pasará, quedará el punto y queda enterrado el desastre de Valencia.

En Montjuïc se vivió una fiesta con João Félix en el papel de DJ. Este muchacho, un perfecto inadaptado en el ‘biotopo-Cholo’ donde tan poco aportó, tantas malas caras puso y tanta sensación de niñato dejó, ha entrado en el Barça como mano en guante. De repente luce el jugador brillante que se suponía (o se sabía) escondido en el cuerpo de ese niño caprichoso y enfadado que veíamos en el Atleti. Ya son dos buenos partidos. Dicen que dos puntos definen una línea. Si es así, Xavi ha encontrado un agitador de la delantera (y goleador a su vez) que le viene de perlas. El Amberes no es el rival más difícil que se pueda encontrar, pero el Barça está en el camino.

Hoy comparecen Sevilla, Real Sociedad y Real Madrid. El Sevilla recibe al Lens, que ha arrancado mal, con la serenidad que le da el haber apuntalado la defensa con Sergio Ramos. Para la Real el trago es difícil, el Inter, pero los donostiarras, Kubo mediante, acaban de demostrar en el Bernabéu que no son enemigo fácil. Y el Madrid espera al Union Berlin, nuevo en esta plaza, raro fenómeno de equipo emergido de los sótanos del fútbol alemán de la mano de un entrenador-milagro, el suizo Urs Fischer, cuya fórmula es no arriesgar y descubrir jugadores que nadie detectó antes. Novedad absoluta no sólo en el Bernabéu, sino en la Champions.

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