Joan García: una primera vez dulce

Joan García cometió anoche en Oviedo su primer patinazo como portero del Barça. Un error dulcísimo, porque su equipo volteó el partido con la solvencia que ya demostró la temporada pasada (con Flick, el Barça ya ha remontado once partidos). Las consecuencias, por tanto, van poco más allá del aprendizaje. Se sintió tan fuerte el portero de Sallent que quiso completar una excelente salida del área jugando la pelota para lanzar una transición. Se pasó de frenada y de riesgo. Jugar en el Barça tiene eso. De Valdés, seguramente el mejor portero de la historia del club, también se recuerdan episodios con Villa o Benzema que jamás afectaron su estilo. Al contrario, le agigantaron. En los siete primeros partidos oficiales, sólo se pueden decir cosas buenas de SuperJoan. Durante muchos años, a ratos, la portería del Barça parecía vacía. La imponente presencia de Joan García la ha llenado. Debe perseverar.

Por lo demás, el Barça tuvo que darse un buen calentón para remontar en el Carlos Tartiere. Eric, que está en todas desde que el entrenador le pidió el invierno pasado que no se marchase, le dio oxígeno a su equipo con el 1-1; y Lewandowski, esa vieja leyenda que se resiste a aceptar el banquillo, lo volcó con un cabezazo de vieja escuela. Araújo remató una victoria en la que fue decisiva la aparición de Frenkie de Jong. Aunque moleste a algunos amantes del populismo, el holandés es un jugador superlativo.

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