David Alonso

Jesús Fortea, el niño que derribó el muro

El Real Madrid se ha hecho con los servicios de esta prometedora estrella para reforzar su cantera, y lo ha hecho pese al pacto de buena voluntad entre el Atlético y el equipo blanco, con el que soñaba jugar desde pequeño.

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Es vox populi desde hace bastante tiempo la existencia de un pacto de buena vecindad entre los dos grandes clubes de la capital para no cazar futbolistas en el coto del rival. Desde los tiempos de Sergio Agüero, que estuvo cerca de recalar en el Real Madrid hace doce años, ese Telón de Acero virtual ha permanecido en pie a pesar de excepciones consentidas o disimuladas como el fichaje de Theo Hernández por los blancos en 2017 (con la justificación de llegar cedido del Alavés y no haber debutado con el Atlético en partido oficial) o la marcha de Marcos Llorente que, hace tres años, pasó de contar poco para Zidane a ser importante para Simeone a cambio de 30 millones de euros. Hay casos al margen de ese acuerdo tácito pero no redactado, como el del prometedor Pablo Barrios, que se vistió de rojiblanco tras ser descartado en Valdebebas para seguir en la cantera madridista.

Durante este tiempo ha habido rumores (en alguna ocasión incluso algo más) sobre el interés del Madrid en futbolistas como Falcao, Forlán, Griezmann o Giménez pero el dique de contención que separaba el trasvase de jugadores del Metropolitano al Bernabéu y viceversa cumplió su función. Sin embargo, hace unos días, esa muralla, que permanecía casi intacta, ha saltado por los aires. Y lo más curioso es que no ha sido por ninguna estrella consagrada sino por un chico de 15 años, un lateral derecho del Cadete B rojiblanco, con una enorme proyección pero, de momento, sólo una gran promesa del fútbol.

Jesús Fortea llegó a Madrid con 12 años. Jugaba en el Levante y el Atlético se fijó en su atrevimiento y su impresionante capacidad de desborde. De Albal, un pueblo de 16.000 habitantes a 14 kilómetros de Valencia, sus padres albergaban muchas dudas sobre la conveniencia de dejar marchar de casa a un niño tan pequeño. Además, ni Isabel (administrativa en Silla) ni Jesús padre (transportista y cinturón negro de taekwondo) eran aficionados al fútbol. De hecho, siguen sin serlo salvo cuando juega su hijo. No obstante, el pequeño Jesús lo tuvo muy claro desde el principio. La personalidad y la valentía son dos de sus grandes virtudes dentro y fuera del campo. Aunque el Atleti no era el equipo de su corazón sabía que era una gran oportunidad para crecer. Y lo hizo a lo grande.

En estos tres años, Fortea ha superado todas las expectativas puestas sobre él. Lateral diestro explosivo, muy rápido, con un fantástico uno contra uno y un magnífico regate, ha deslumbrado con su fútbol de ataque total apoyado en sus formidables cualidades físicas. Técnicos con experiencia que lo han seguido durante la temporada lo califican como “un potencial jugador de Primera División, sin ninguna duda”. Su equipo, cadete de primer año, enseguida se le quedó corto para su brillante progresión. Subió al A y siguió siendo de los mejores. Dirigido por Borja Resurrección, hermano de Koke y entrenador fantástico con madera de triunfador, ha asombrado en una liga de chicos un año mayores que él en la que el Atleti ha ganado de calle. Como recompensa ha logrado ser internacional Sub-15 y Sub- 16. Algunas de sus actuaciones más espectaculares tuvieron lugar en el 0-5 rojiblanco en Valdebebas (con una exhibición portentosa en la segunda parte) o un torneo en Italia, jugando contra juveniles (dos años mayores que él) del Sassuolo, Salernitana y Frosinone en el que fue designado MVP. Su versatilidad, habilidad y definición le han llevado a jugar de punta en más de una ocasión.

Álvaro Arbeloa, técnico del Cadete A del Madrid durante la última temporada, fue de los muchos que quedó impresionado con el descaro y la potencia de este lateral valenciano y uno de los principales ideólogos e impulsores para la ruptura del pacto intervecinal. Aparte de sus cualidades sobre el césped, su carácter disciplinado y comportamiento ejemplar reforzaron la idea de intentar ficharlo a toda costa. Una vez convencido Florentino Pérez, la maquinaria de captación merengue se puso en marcha. Fortea tenía una interesante propuesta del Manchester City (previo paso por el Girona como club satélite), otra de un importante club alemán y, obviamente, el enorme interés del Atleti por seguir contando con él.

En esa carrera para conquistar al chico el Madrid partía con una ventaja inigualable: la preferencia de Jesús, al que siempre le sedujo vestir de blanco. Hace unos días estrenó su habitación en la residencia de Valdebebas. Jugará con el Juvenil B, dos años por encima de su categoría, algo que, según algún entrenador que lo conoce bien “le beneficiará para seguir esforzándose y no relajarse al verse superior al resto”. Fortea ha cumplido su sueño de niño. El peaje a pagar ha sido la ya clásica catarata de críticas hirientes y corrosivas en redes sociales, algo que, a pesar de su edad, ha aprendido a relativizar. No podrá conocer, de momento, a su gran ídolo, Cristiano Ronaldo, pero para siempre quedará como el niño que derribó el muro que durante más de una década mantuvo la paz futbolística en Madrid.

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