Ilusión y buen fútbol para empezar

La temporada no ha podido comenzar mejor. Ayer, cuando me iba acercando al estadio, pude comprobar la ilusión con la que los aficionados, muchos de ellos con camisetas del Real Valladolid, acudían a Zorrilla para ver el partido. Una ilusión plasmada en una excelente entrada con casi 23.000 aficionados en las gradas. El récord de abonados, el lavado de cara del estadio, la vuelta a la máxima categoría… todo estaba preparado y faltaba lo más importante, el rendimiento del equipo en el terreno de juego. Y el equipo respondió. Al sello Pezzolano de equipo luchador hasta el último minuto y serio y complicado para el rival, se le sumó ayer una dosis considerable de buen fútbol que por momento encandiló a los seguidores del Real Valladolid. La ovación al equipo tras finalizar la primera parte fue algo notable y que demuestra la comunión grada-jugadores, algo tan importante para buscar esta temporada la permanencia.

Buenas sensaciones del guardameta Karl Hein, muy intensos los laterales, dominadores los centrales, y talento y trabajo a la vez en Kike Pérez, ojalá sea su año, y sobre todo Amalah. El marroquí dejó destellos de su calidad y puede ser uno de los grandes líderes de este equipo. Muy bien las bandas con Amath en una versión de eficacia importante y Moro con un desborde y una verticalidad que no van a pasar desapercibidas en la Primera División. Comert, menos vistoso, estuvo a punto de hacer un gol de cabeza en la primera parte. El Valladolid fue ayer una orquesta que sonaba muy bien y a la que Pezzolano ha sabido poner a punto para afrontar con garantías el inicio de la temporada.

Faltaron dos cosas para que los blanquivioletas no hayan sido los primeros líderes en solitario de la Liga, casi nada. Más pegada y resolución de Sylla y que el árbitro se hubiera traído las gafas al partido. Los dos penaltis no pitados ni revisados en el VAR son de juzgado de guardia. La mano de Romero es tonta pero mano clara, sin rebotes y de las que se pitan. El agarrón a Meseguer, flagrante. Algo sí nos quedo claro ayer, González Fuertes no aprende nada con el paso de los años y sigue siendo un árbitro con escaso nivel para estar en Primera División.

Y con este inicio ilusionante, llega la hora de ir el domingo al Bernabéu. Y hay que ir a por todas. Eso de dejar el choque de Madrid en un segundo plano pensando en el Leganés, me parece un error. Es verdad que el Real Madrid es un claro favorito para el partido, pero también lo era hace unos pocos años cuando con un gol de Guardiola y con Sergio de entrenador se arrancó un empate valiosísimo en el coliseum blanco. También era favorito el Real Madrid en Mallorca y no perdió de milagro. Así que olvidemos al Leganés y vayamos a por todas a Madrid. Porque puede darse la oportunidad de puntuar, por dar una buena imagen y por respeto a una afición que ha respondido y que le pide a su equipo que compita igual en cada partido de la temporada. Y conociendo a Pezzolano, no me quedan dudas de que así será.

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