Hemos vivido en la ilusión
Es uno de los primeros y de lo más bonitos textos que he aprendido en este idioma que no era mío pero que lo es desde hace treinta años y lo será hasta mi último suspiro. “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión”. No hace falta que siga. Calderón de la Barca hace bien en recordarnos que, a veces, nos dejamos engañar por las apariencias y por la pasión. Hemos vivido los últimos meses con una piadosa mentira, con el convencimiento de que el Madrid no era del mundo terrenal y que no le podía afectar lo que suele destrozar a los demás clubes. ¿Se lesiona de gravedad Courtois, el mejor portero del planeta? Pues con Lunin y Kepa todo irá bien. ¿Sufre el mismo mal Militao? Pues con Alaba, Rüdiger y Nacho nos apañamos. ¿Luego perdemos a Alaba para lo que queda de temporada? No pasa nada, Tchouameni será un magnifico central.
El optimismo grabado en el ADN madridista invita al error. Porque sí pasa algo. Y eso que no he mencionado las múltiples y no tan cortas lesiones de Vinicius y Camavinga, entre otras. Aunque no lo vaya a reconocer Ancelotti, el Madrid se ha debilitado de forma drástica con la pérdida de jugadores tan importantes y no puede pelear por todo como se pensaba a final del pasado verano. Lo descubrimos el jueves. Por todo ello, ganar la Liga (después de la Supercopa de España) y nada más, ya sería un gran éxito.
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