Goles son amores
Después del partido entre Alemania y España en el Europeo femenino se insistió mucho en que a España le falta gol. Es una obviedad, claro está, pero una cosa es no tener gol y otra es no marcar gol. Se parecen, pero no son lo mismo. Lo cierto es que, históricamente, España no ha sido una tierra prolífica en delanteros y, salvo excepciones como Quini o Villa, han escaseado esos rematadores infalibles. Incluso en el Mundial masculino de Sudáfrica, España casi nunca ganó por más de un gol de diferencia.
Esta carencia ya la vimos en el Europeo femenino de 2017, donde España jugó de maravilla, pero se quedó fuera del campeonato tras 345 minutos sin marcar. Claro que tampoco pareció muy buena idea dejar en casa a Sonia Bermúdez, segunda máxima goleadora ese año. En el Mundial 2019, cuando España cayó de forma injusta frente a EEUU con un penalti inexistente, tampoco estaba anotando goles con facilidad.
¿Es únicamente gol lo que falta a España? Más que gol, parece que el equipo necesita liberarse y desarrollar un punto de improvisación para que las jugadoras exploten toda su creatividad. Técnicamente es una selección impecable y sabe lo que hace, pero debería usar el sistema para generar momentos de magia, no para seguirlo a rajatabla. Ser más jazz que música de cámara. Más Miles Davis que Karajan. A veces, están tan cerca del cielo balompédico por su juego, que se les olvida ser terrenales. Y eso que tienen gente con instinto de red como Lucía García, Amaiur o Esther.
España está capacitada para ganar el Europeo porque no le faltan recursos, pero en un futuro, tampoco estaría mal fijarse en entrenadoras que han logrado éxitos importantes. Por ejemplo, Toña Is llevó a la Sub-17 a ganar el Mundial 2018 y Natalia Arroyo ha conseguido el subcampeonato de Liga con una Real Sociedad con una plantilla completamente nueva. Una buena pregunta es por qué de los 16 equipos de la Eurocopa, sólo seis tienen entrenadoras. De momento, a ganar a Dinamarca en el cielo y…¡en la tierra!
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