Fe en el talento de Hazard

No pensábamos hacernos la pregunta tan temprano en la temporada, pero la lesión de Benzema ha precipitado la interrogación colectiva. ¿Podrá Hazard ser útil en el once titular madridista o tendremos que conformarnos con los destellos pasajeros de un suplente? Pronto lo sabremos. Incluso, esta noche frente al Leipzig. Existen tres tipos de futbolistas: los que nacen con talento y no tienen que trabajar mucho, los que nacen con talento pero que trabajan mucho y los que nacen sin talento y que tienen que trabajar mucho para compensar. El belga entra en la primera categoría y, si respeta los mínimos de intensidad que reclaman los entrenamientos diarios de Valdebebas, no será nunca el que más ánimos pone. Así era en el Lille y en el Chelsea. Y así lo fichó el Madrid. Un aumento de trabajo no cambiará la situación de Hazard para mejor porque la esperanza reside en otros aspectos. Y ahí estoy optimista. Ya no tiene ninguna molestia en este maldito tobillo y puede contar con una condición atlética más que correcta. Sólo le faltaban minutos y perspectiva de minutos para recobrar esta famosa confianza que tanto preocupa a los jugadores de fútbol. Ahora sólo basta que Hazard deje hablar su talento en el campo. Porque éste sigue siendo único y puede resolver situaciones en las cuales la potencia física y la motivación no sirven.