Esta España no sabe perder

Hubo un tiempo en el que Europa tenía las puertas cerradas para España. Era un título que se atragantaba. De generación en generación. Se perdieron seis finales: 1935, 1973, 1983, 1999, 2003… y 2007. Demasiadas. Pero esta última supuso un punto de inflexión, una experiencia dolorosa que no se ha vuelto a repetir. La Selección partía como superfavorita: era la vigente campeona del Mundo, una corona lograda el año anterior en Japón; jugaba en casa, en Madrid; enfrente tenía un rival accesible, Rusia; en sus filas militaba Pau Gasol, la estrella del momento… Pero España perdió. En aquel equipo jugaba ya un joven Rudy Fernández, de 22 años. También el actual presidente, Jorge Garbajosa. Aquel domingo, 16 de septiembre, la Selección se conjuró para acabar con la maldición. Y no ha vuelto a perder…

Después de aquel chasco vinieron los tres títulos, la Edad de Oro del baloncesto español: 2009, 2011 y 2015. Rudy estuvo presente en todos ellos. Igual que lo estuvo en los dos Mundiales: 2006 y 2019. Y ahora, con 37 años, con su cuerpo maltrecho y con galones de capitán, ha conquistado el cuarto, ya sin supervivientes de aquellos ilustres. Rodolfo es el jugador franquicia. El hilo conductor de aquella época de gloria con la actual transición, el transmisor de los valores y del legado. El talismán. Rudy ha protagonizado algunos de los momentazos del campeonato en esos corrillos con sus compañeros, en sus motivadoras arengas, la voz de la experiencia… “Nunca he estado más orgulloso”, les dijo tras la semifinal con Alemania. Palabra de un jugador que lo ha ganado todo. Fernández es el enlace de dos etapas doradas, porque estos de hoy son tan campeones como los de ayer. Reciten conmigo: Willy Hernangómez, MVP del Eurobasket; Lorenzo Brown, López-Arostegui, Juancho, Pradilla, Jaime Fernández, Brizuela, Alberto Díaz, Garuba, Parra, Saiz… y, por supuesto, el gran Rudy. Otro grupo ganador. ¡Campeones de Europa!