España regresa con la cabeza muy alta

Lástima. Nuestra selección femenina se vuelve de la Eurocopa a la altura de los cuartos de final después de un vibrante partido contra las locales, las inglesas, resuelto en la prórroga. Jugó bien España. Mejor que en cualquiera de sus partidos anteriores y mejor que Inglaterra durante los primeros 80 minutos, en los que reinó absolutamente, como en la segunda mitad de la prórroga, cuando con el 2-1 se volcó con una energía sacada de no sé dónde. Inglaterra salvó el partido por cambios acertados de su entrenadora y sobre todo porque pasó a defender con tres centrales y adelantó a las laterales cuando más arreciaba la tormenta española, con Athenea desatada.

España se va fuera jugando muy bien, pero también porque en las áreas deja que desear. Atrás la apretaron poco, pero en las faltas laterales sufrió mucho ante la mayor estatura y peso de las inglesas. Tampoco Sandra Paños ha sido la excelente portera que conocemos en el Barça. Olvidado el fallo ante Alemania, ayer no resolvió lo que tuvo que resolver, ni de cerca ni de lejos. Y arriba el equipo remató poco para tanto excelente juego. Daba gusto ver el manejo de Aitana Bonmatí, la fuerza de Olga y Mariona por la banda izquierda, el final de prórroga de Sheila, el buen sentido colectivo de todas... Pero ese dominio producía poco peligro real.

En todo caso ha dado gusto verlas y es de rigor felicitarlas. El sorteo fue malo, con Alemania en nuestro grupo y la local, Inglaterra, en el primer cruce. Y además nos faltaron Alexia Putellas y Jenni Hermoso. Son disculpas válidas, una vez apuntados los defectos. Pero aunque vuelvan en cuartos han conseguido lo esencial: que mucha más gente que nunca se haya sentado ante la tele a ver fútbol femenino y haya apreciado, por primera vez, que es fútbol de verdad: técnico, hermoso, emocionante. Con el contraste favorable frente al masculino de que es pulcro. Sin codazos, sin fingimientos, sin corritos a la árbitra. Gracias. Habéis cumplido.

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