Envueltos en la irregularidad

Diez jornadas de competición, casi un cuarto de temporada y la máquina blanquivioleta no acaba de dar muestras de estar engrasada. Poca pegada arriba, todo muy previsible a la hora de crear desde el centro del campo y fallos groseros defensivamente que acaban por costar goles fáciles para los rivales. Baste con recordar las pérdidas de balón de Lachuer ante la Cultural o de Juric frente al Sporting. El fuera de juego que rompe Trilli por dos metros o el gol del Mirandés con Alejo por los suelos y la defensa completamente hundida. Aspectos puntuales que pasan factura, como la pasa la falta de gol del equipo con Juanmi Latasa como principal señalado por toda la afición y medios especializados.

Mal haríamos en centrar todos los problemas en un solo jugador. Es verdad que no ha estado demasiado acertado en este periodo inicial de la competición, pero no es lo único que en el Real Valladolid no ha funcionado. Se necesita a un Latasa más acertado al igual que a un Marcos André más participativo y con más ritmo. Se necesita que Lachuer sea el que fue en Miranda, que Chuki participe más, que Ponceau pueda dar más destellos de la calidad que atesora, que Javi Sánchez, central de calidad, ejerza de tal y que Guillermo Almada consiga dotar al equipo de unos mecanismos que, hoy por hoy, no tiene. Y mientras muchas de esas cosas no se arreglen, seguiremos envueltos en la irregularidad.

Una irregularidad que es general en la Segunda División. Nadie parece tener un ritmo de equipo dominador. Veo fuerte al Almería, con una muy buena plantilla, y apunta a gran candidato a subir. El Racing, cuando no la prepara como el día de la Cultural, tiene una pegada ofensiva de la que carecen muchos de los aspirantes. Tienen buena pinta el oficio de Las Palmas y Cádiz y amenaza con desinflarse el sorprendente Deportivo de la Coruña. Y luego está el Valladolid, un equipo que no termina de jugar bien y al que le cuesta mucho ganar partidos. De hecho, de los últimos cinco partidos se ha ganado solo uno y se han perdido tres. Las rentas del inicio con las victorias ante Ceuta y Castellón se pueden evaporar si no se logra un buen resultado en Riazor el domingo.

Partido ante el Deportivo que pondrá a prueba el verdadero nivel del Real Valladolid ante un rival que va para arriba sin especular. Semana clave para poder comprobar como resuelve el técnico uruguayo las carencias de un equipo que no pueden hacerse crónicas. Sería una muy mala señal.

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