El ritmo de la Champions
A falta de una defensa de garantías, fíalo todo al ataque. Es lo que pareció hacer Simeone, que como había ocurrido ante el Cádiz necesitó del acierto de sus hombres de arriba para darle la vuelta a un partido que se había complicado por las facilidades en la retaguardia. El Atlético tiene en Saúl su renacido y en Morata su reiniciado. La portería ha crecido ante sus ojos. Y, a este nivel, es un delantero de élite. Como, por supuesto, lo es Griezmann. Y Oblak en portería. También el físico de Nahuel Molina, nadie ha crecido tanto desde el inicio del curso pasado. El argentino tiene el ritmo de la Champions.
Ese que le faltó al Atlético en el inicio. El Feyenoord se presentó en el Metropolitano a la velocidad del AVE, el Atlético salió a ritmo de tren regional. Y en la Champions se paga. A los seis minutos, gol en contra. A remar. Y esa sensación, el centro de la zaga formado por Azpilicueta, Witsel y Hermoso no tiene el ritmo de la Champions. Y, más que mirarles a ellos, hay que volver a lamentar que Giménez y Savic, además de Reinildo y Söyüncü, estuviesen fuera. Ya es habitual tener que jugar partidos claves sin el uruguayo y el montenegrino. Aquella noche épica en Oporto, con Vrsaljko jugando con la cara rota, Kondogbia de central y Hermoso cerrando la línea, debería ser la excepción, pero improvisar atrás es demasiado habitual en Europa. También al medio le pesó el ritmo del partido, para esta intensidad sonaban los Hojberg y compañía...
El Metropolitano, suma y sigue. Son 13 victorias seguidas. Cada vez más cerca de ser aquel Vicente Calderón inexpugnable. El equipo volvió a salir a por todas en la segunda mitad y marcó en los tres primeros minutos. La afición colchonera tenía un reto importante. 3.000 aficionados del Feyenoord que no pararon de animar ni un instante. Pero el estadio, que si nada se tuerce dentro de siete años estará acogiendo partidos del Mundial, apretó y no se desanimó pese a ir dos veces por debajo en el marcador. De ganar el domingo a la Real Sociedad se igualará el mejor récord histórico de victorias en casa. Las 14 conseguidas ya con Simeone dos veces en el Calderón. Y la de hoy es clave en la búsqueda de los octavos. Que el ritmo no pare.
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