Javier Sillés

El reflejo de una España plural

Alberto Estévez
Subdirector de AS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, empezó en 2011 en la sección del Real Madrid como becario. Después pasó a AStv, donde ejerció la función de editor jefe hasta 2021 y como jefe también de la sección de infografía. En 2021 fue nombrado de redactor jefe de fútbol y en 2022 ascendió a subdirector de AS.
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Hay victorias sin gloria y gloria con victorias. El rotundo éxito de España en la pasada Eurocopa pertenece claramente a esta segunda realidad. No solo importó el título en sí, sino también el cómo llegó hasta él con un juego estupendo, vibrante y elaborado. La impresión no pudo ser mejor y el mensaje que dejó menos simbólico. Se impuso una España evolucionada en su propuesta, vertical y plural, especialmente por la presencia de dos futbolistas que son el reflejo exacto de la diversidad: Lamine Yamal (17 años) y Nico Williams (22). Del Mundial de Qatar a la Euro de Alemania, ellos provocaron el cambio en la Selección con su desequilibrio, velocidad y desparpajo. Ni Musiala ni Mbappé ni Bellingham pudieron tutear a la pareja más especial y regateadora del torneo.

Cómo no conmoverse con su actuación y sus hazañas al servicio del equipo, con una historia detrás de singular potencial emblemático. Hijos de inmigrantes, Lamine y Nico representan a una España diferente fuera y dentro del campo, producto de la transformación del mapa demográfico y los efectos positivos que trae aparejados la misma. Son la cara del triunfo, la modernidad y la variedad, pero también de la rebeldía juvenil y del hoy y del mañana. De algún modo, nuestro futuro se adelantó a través de sus goles, bailes y una alegría contagiosa. Y si la emoción es imbatible en el fútbol y en la vida, nadie como Lamine y Nico para encarnarla.

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