El papel de los aficionados

Creo que habría que recordar a los aficionados madridistas lo que significa la palabra supporter, la que se usa desde que los ingleses inventaron, en el siglo XIX, este deporte llamado fútbol y que reúne a todos los que, en el mundo, tienen un equipo en su corazón. Sencillamente el supporter es el quien ayuda y defiende a los jugadores de su club. En inglés (que es y será para siempre el idioma del fútbol), to support se traduce por “apoyar”. Así de claro. Así de fácil. La misión de un aficionado en un estadio es ayudar, con aplausos y cánticos, a que los suyos ganen los partidos y, por qué no, molestar al rival con pitos.

La situación se vuelve ridícula, y un poco kafkiana hay que decirlo, cuando estos supporters cambian su papel en el guion y se vuelven enemigos de su propio equipo. El miércoles por la noche, durante el encuentro de Champions contra el Leipzig, se oyeron en el Santiago Bernabéu muchísimos pitos y se vieron actitudes negativas hacia el equipo. Algo que me molestó. Porque el Madrid estuvo clasificado para los cuartos de final en todo momento. Cierto es que los del césped no hicieron bien su trabajo durante los 90 minutos y que el espectáculo no estuvo a la altura. Pero tampoco lo hicieron los de la grada. Hoy, frente al Celta, no es mal día para que ambos, futbolistas y aficionados, se hagan perdonar.

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