El optimismo inagotable de Laporta

Hay algo de verdad admirable en Laporta: su optimismo inagotable. Ayer mismo el Barça comunicó a la Federación que el campo que utilizará la temporada próxima será el Olímpico de Montjuïc, dado que se propone iniciar este verano las obras del ‘Espai Barça’, que le harán imposible utilizar el Camp Nou. No es descartable que el traslado a Montjuïc se alargue durante dos temporadas, dada la magnitud de las obras, pero de momento la petición es para la 23-24. Se da por hecho que la Federación trasladará a la UEFA la misma comunicación de escenario para sus partidos en casa del Barça con vistas a la temporada europea, que ya veremos…

Mientras tanto, Laporta gestiona otro préstamo de 1.500 millones que, si lo consigue, equivaldrá a un triple salto mortal sin red de trapecio a trapecio. Al poco de llegar, Laporta obtuvo un préstamo de 600 millones de Goldman Sachs, y el verano pasado rastrilló otros 700, palanca a palanca, a cuenta de parte de los ingresos audiovisuales futuros. Se calcula que jugar en Montjuïc va a disminuir los ingresos de taquilla en 93 millones y a saber si no habrá que seguir otro año allí. Por otra parte, es público que la plantilla tiene un sobrecoste inasumible, que urge bajar de 600 a 400 millones y que el club encuentra enormes dificultades para hacerlo.

Tampoco se puede ignorar el riesgo de que el Barça no sea inscrito en la Champions próxima por el ‘asunto Negreira’, idea que está manejando la UEFA. Hay precedentes: en 1997 expulsó un año al Anderlecht por comprar a Guruceta en un partido ante el Nottingham. Si con todo eso junto y en tiempos de nueva crisis que se está llevando por delante o poniendo a temblar instituciones bancarias importantes Laporta consigue otros 1.500 millones será que, como siempre sospeché, el optimismo es el motor de la Historia. Y que eso de la tremenda crisis del fútbol por la desatención de la chavalería y demás argumentos pro la fantasmal Superliga es una bacalá.

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