El Metropolitano se harta del Fondo
Derbi bravo, resuelto con un empate que retrata bien la noche. Juego muy intenso y apretado durante una hora, hasta que llegó el gol del Madrid, que desató los acontecimientos que llevaron a la suspensión temporal. Fue en una escapada de Vinicius, con centro que Militao remató. Ese gol lo neutralizó Correa ya en el descuento, al dejar en el camino a Courtois con un regate artístico y eficaz tras alcanzar un estupendo centro de Galán. Atrás quedaba un partido jugado a toda presión, bien arbitrado y con general corrección, que sólo ensució la actitud del grupo ultra del fondo sur.
Tras el gol de Militao se produjeron lanzamientos de mecheros y alguna botella sobre Courtois, que lo había celebrado de forma provocativa hacia esa grada colorista, ruidosa y gamberra. Los lanzamientos provocaron la interrupción del partido durante casi veinte minutos, en cuyo principio asistimos a imágenes interesantes: Koke, Giménez y Simeone se acercaron a mediar con los líderes del sector, alguno de los cuales llevaba pasamontañas. Giménez recibió el contenido de una botella de agua, entiendo que en repulsa por su mediación. El resto del campo asistió con fastidio a la escena, que afeó el partido.
Durante la pausa se observó, y no es la primera vez, que el público de los restantes sectores no siguió los cánticos de ese fondo. Por el contrario, al final del partido los jugadores fueron, según costumbre, a devolver con su aplauso la animación de esa grada, antes de dirigirse al resto del público, que evacuó pronto. Una vez más, mimo y consideración hacia los ultras, contra los que el club no se decide a intervenir con severidad y constancia. En cuanto a los jugadores, su actitud final les retrata al respecto. Pero el lado bueno es que el resto del estadio muestra ya sin disimulo su fastidio con esa gente.