Opinión

El mejor Alcaraz

El español llega a la final del US Open frente a Sinner en un momento dulce, quizá el mejor de su corta pero fructífera carrera. No ha perdido ningún set. Y empieza a controlar sus conocidas ausencias.

CLIVE BRUNSKILL
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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Jannik Sinner lleva cinco finales consecutivas de Grand Slam, con pleno en la presente temporada. Carlos Alcaraz suma este año ocho finales seguidas, desde Montecarlo en abril. Los datos de los dos contendientes de la final del US Open son abrumadores. No hay mejor partido en el tenis actual. Por eso este domigo, en Nueva York, habrá en juego mucho más que un título en un grande, que sería el quinto para el italiano y el sexto para el español. Ya supone suficiente motivo para celebrar, pero Carlos y Jannik pelean también por el número uno mundial. Quien gane, se sentará en un trono que ya conocen bien. Sinner lo ocupa actualmente. Alcaraz ha estado en la cima en tres fases distintas, la primera de ellas precisamente tras conquistar su primer y único Abierto de Estados Unidos en 2022. Allí empezó el cambio de ciclo, que se ha refrendado en la vigente edición, tres años después, con ese simbólico triunfo del murciano en las semifinales sobre Novak Djokovic, que ha dejado de ser su bestia negra. Venganza consumada.

Alcaraz llega a la final en un momento dulce, quizá el mejor de su corta pero fructífera carrera. No ha perdido ningún set en sus seis partidos previos, un camino impoluto con solo diez precedentes, el último de ellos Roger Federer en 2015. Su inspiración. En ese trayecto solo ha encajado dos roturas de servicio, una frente a Luciano Darderi y otra ante Djokovic. Estos datos no garantizan nada, frente a Sinner se empieza de cero, pero sí confirman el buen estado del español, que no solo se expresa en su juego, sino también en su constancia. Las conocidas ausencias de Carlitos, esos baches inesperados que de repente aparecían en cada partido, han asomado poco en NY. El español está moldeando a un gran campeón. Cada vez más sólido, más maduro, más brillante. Lo va a necesitar para volver a batirse con Sinner. Todavía el número uno.

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