El fútbol español se muda al jueves

Cuando uno iba al colegio no existía la libranza del sábado. Empezaba a hablarse de ‘semana inglesa’, descanso sabatino que sonaba a invento protestante. Los chicos librábamos la tarde del jueves y chupábamos colegio todo el sábado, mañana y tarde. A los que de adolescentes teníamos ya la pedrada del fútbol nos compensaban los partidos amistosos. El Madrid los jugaba en el Bernabéu: suplentes, lesionados en recuperación y promesas, frente a algún Segunda. El Atlético tenía un equipo-volante, de composición parecida, que solía jugar por capitales castellanas. El Barça recorría Cataluña. En Andalucía había una liga de reservas…

Fútbol del jueves, fútbol entonces residual, relleno de la única tarde libre, se nos ha convertido de golpe en foco casi preferente del fútbol español, que ha mudado a tres de sus cuatro representantes en Champions a la Europa League, donde les esperan los tres que ya estaban enrolados en ella. Para el Sevilla no es tanto drama: al fin y al cabo es su competición fetiche. Sin embargo, para el Barça y para el Atleti es un desastre, porque están dimensionados para otra cosa. Y a pesar de todo tanto la afición azulgrana como la rojiblanca reaccionaron bien, dispuestas a acompañar a los suyos en la nueva aventura.

Nada que decir del Barça: su grupo era malo, le ha cogido en construcción, tuvo mala suerte en Múnich, se quedó sin centrales, ayer saltó al campo ya eliminado. Otra cosa fue la del Atleti, al que le valía ganar los dos partidos y anoche se quedó a una nanomicra de conseguirlo: penalti rechazado más cabezazo al larguero más remate a puerta vacía que pega en el lanzador del penalti. Por mucho fútbol que hayas visto aún ves cosas que nunca pasaron, sobre todo si está el Atleti por medio. El Madrid se queda solo en la Champions, beneficiado con 15 millones por el reparto del ‘pool’ nacional. A la vuelta del Mundial, los jueves estarán de moda.

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