El estadio del bienestar
Hace diez días aproximadamente tuve la fortuna, el placer, y el honor de tocar y cantar un ratito en el estadio Metropolitano. El conciertito fue en las afueras del estadio, a mediodía, en un día radiante, y en un escenario situado junto a los juegos hinchables para los niños y las zonas habilitadas para que los socios y simpatizantes echaran una cañita con su tapa correspondiente.
Fue una delicia ver a tantas chicas y chicos, niñas y niños, con sus camisetas del Atleti. Mientras cantaba, veía el ambientazo en los alrededores del estadio y pensaba “este es el estadio del bienestar”. El Metropolitano ya es nuestra casa, por más que siempre echemos de menos al glorioso Calderón. El estadio del bienestar. Tenemos que convertir esa maravillosa construcción en un lugar del que sea difícil, o imposible, llevarse algo positivo.
De momento, en esta temporada no nos va del todo bien. Hemos tenido días complicados, y así andamos como andamos en las competiciones. Si el Metropolitano fuera lo que tiene que ser, estaríamos casi clasificados en Champions y en cabeza en La Liga. En fin, no me gusta mirar atrás. Tendremos que convertir al estadio del bienestar en irreductible.
La verdad es que eso depende tanto de la afición como del equipo. Fuera de casa, nos llevamos puntitos frecuentemente. No vamos nada mal. En Bilbao, cumplimos con nota en otro maravilloso estadio. La afición empieza a pedir un monumento a Reinildo, pero también otros para Morata y Griezmann. El equipo es un equipazo, pero le falta hacerse irreductible en el estadio del bienestar, en el Metropolitano. Es la asignatura pendiente, porque creo que podría ser una gran temporada si hacemos que nuestro campo sea una caja fuerte. Así que habrá que trabajar la cabeza, no sólo el cuerpo, para estos menesteres. Mucha cabeza para que mejore la precisión. El atolondramiento nos hace mucho daño cuando nos dejamos llevar por las excesivas emociones. Simeone, pon orden en esas cabecitas, ya que este equipo es un equipazo. Y a sumar.
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