El espinoso asunto de la multipropiedad
La UEFA se ha mostrado este verano más inflexible que nunca.
Aunque los que me leen habitualmente saben que suelo estar más en la línea de pensamiento de la UEFA que en la de la FIFA cuando nos referimos a su visión sobre hacia dónde tiene que ir el fútbol, debo reconocer que el organismo presidido por Gianni Infantino dio un golpe encima de la mesa antes del Mundial de Clubes abordando con puño de hierro uno de los asuntos que más nos preocupan a todos en la actualidad: las consecuencias que la multipropiedad de clubes por parte de una misma compañía o corporación puede tener en la integridad de las competiciones. La exclusión de Club León del certamen planetario por formar parte del mismo conglomerado empresarial que otro participante en la competición, Pachuca, marcó un precedente y puso en alerta a todas aquellas sociedades que operan de forma parecida.
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¿Qué iba a hacer la UEFA en sus torneos después de esa decisión de la FIFA avalada además por el TAS, teniendo en cuenta que en Europa abundan en estos momentos los grupos de clubes con un mismo dueño? Será casualidad o no, pero la entidad dirigida por Aleksander Ceferin se ha mostrado este verano más inflexible que nunca -o, al menos, ha tomado decisiones más duras y con mayor repercusión que en el pasado-. Quizá las exclusiones en la Conference League 25-26 del Drogheda United irlandés (comparte propiedad con el Silkeborg danés) y del DAC eslovaco (que está en el mismo conglomerado que el Györ húngaro) pasaron inadvertidas para el gran público y fueron decisiones sencillas de tomar por el escaso revuelo mediático que iban a generar, pero la del Crystal Palace, que ha sido descendido de la Europa League a la tercera competición continental por su relación empresarial con el Lyon, sí ha abierto un debate público considerable. De acuerdo: hablamos de un club modesto de un barrio de Londres, pero al fin y al cabo es un equipo de la liga con más seguimiento del mundo y está ubicado en un país cuyo periodismo es bastante crítico con todas las cuestiones que tienen que ver con la política del fútbol. Es decir: el melón ya está abierto y en los próximos meses asistiremos a grandes discusiones sobre la proporcionalidad de la decisión y la comparativa con casos que pueden parecer similares y que no han sido sancionados. El asunto da para mucho y lo seguiremos tratando en próximos artículos de esta sección.
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