El desafío olímpico 2024

El 2024 es año bisiesto y, en consecuencia, año olímpico. Cada cuatro años, el periodo que abarca una olimpiada, se repite la misma secuencia. A excepción de los últimos Juegos. Si echamos la mirada atrás, recordaremos que Tokio 2020 se celebró en 2021, debido al aplazamiento por la pandemia. Ese acortamiento hasta París 2024 ha provocado que algunos deportistas que quizá se hubieran planteado la retirada han estirado un poco más. Ahí están Saúl Craviotto y Teresa Portela, todavía candidatos a lo máximo, por poner un par de ejemplos. Otro ilustre es Rudy Fernández, que aspira a convertirse en el baloncestista con más presencias olímpicas: seis. Para que Rudy pueda batir ese récord tiene que darse inevitablemente otra premisa: que la Selección de basket se clasifique en su Preolímpico. Los próximos siete meses serán decisivos para la delegación española, porque hasta once equipos se jugarán el acceso a los Juegos. Cuatro de ellos podrían lograrlo este mismo mes de enero: el balonmano y el waterpolo masculinos, a través de sus Europeos, además de los dos de hockey, en los Preolímpicos de Valencia. Otros muchos deportistas individuales litigan también en estas fechas. Serán meses intensos camino de París. Y determinantes. En algunos deportes es más complicado conseguir la plaza que la medalla.

Una vez en la capital de Francia, si la andadura previa discurre según lo previsto, suenan tambores de gesta. Un viejo desafío que va tomando cuerpo. Hay cierto runrún, basado en datos, de que España está en disposición de batir, por fin, la famosa marca de 22 medallas de Barcelona 1992. El programa Team España Elite, unas ayudas dirigidas a afilar la punta de la lanza, tiene buena culpa de esa sensación. Luego, la competición puede salir mejor o peor, pero los deportistas españoles van a llegar bien preparados… Y tienen hambre. ¡Feliz Año Olímpico!

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