El Chelsea apuesta por el crédito de la leyenda
Una solución insospechada. La destitución de Graham Potter pudo sorprender más o menos por el momento de la decisión, pero es indiscutible que el extécnico del Brighton tuvo unos resultados muy por debajo de las expectativas en Stamford Bridge. La derrota en casa ante el Aston Villa por 0-2 lo acabó de condenar: la propiedad del club llegó a la conclusión de que no podría darle la vuelta a la situación y de que era aconsejable un cambio en el banquillo para tener más posibilidades en la eliminatoria frente al Real Madrid. Pero entonces chocaron los tiempos: por un lado querían tomar una decisión meditada, con un proceso de selección más exhaustivo y detallado que el que llevaron a cabo cuando eligieron a Potter; por el otro, el duelo ante los blancos estaba a la vuelta de la esquina y no tenía ningún sentido afrontarlo con el español Bruno Saltor como entrenador provisional, ya que no tenía ninguna experiencia y además formaba parte del cuerpo técnico del estratega recién despedido. La decisión final no se la esperaba nadie: contratar hasta final de temporada a Frank Lampard, que este mismo curso había sido destituido en el Everton con el equipo en zona de descenso y que tampoco había triunfado en su primera etapa a las órdenes del Chelsea. La elección se justifica a partir del crédito que le sigue otorgando su estatus de leyenda blue: está considerado como el mejor jugador de la historia del club y eso siempre proporciona un respeto especial de cara a la grada e incluso en la propia plantilla.
Una carrera no tan desastrosa. Sí, Lampard fue destituido la primera vez que entrenó al Chelsea y también lo ha sido este año en el Everton, pero esto no significa que su balance como entrenador sea absolutamente terrorífico. De hecho, empezó muy bien. Su primera experiencia fue en el Derby County, con el que se quedó a sólo un partido del ascenso a la Premier League y eliminó al Manchester United de la Copa de la Liga ganando en Old Trafford. Su equipo, en el que estaba Mason Mount cedido, jugaba un fútbol atractivo y pronto se empezó a hablar de Lampard como de un entrenador de gran proyección. De hecho, el Chelsea lo acabó fichando tras acabar su primera y única temporada en Derby. Lo eligió, además, en un momento crítico: el club estaba sancionado por la FIFA y no podía fichar, y además se acababa de marchar la gran estrella del equipo, Eden Hazard. Tuvo que tirar de cantera, y con él debutaron jugadores ahora consolidados como Reece James y se convirtieron en fundamentales otros jóvenes como el mencionado Mount, Tammy Abraham o Fikayo Tomori. Con una plantilla más inexperta que nunca, el Chelsea acabó la temporada en cuarta posición con los mismos puntos que el United y claramente por encima de Tottenham y Arsenal. Contra los gunners perdió la final de la FA Cup. Los resultados, teniendo en cuenta las dificultades, habían sido más que aceptables, y Lampard llegó al verano con buena nota. Todo se complicó cuando se levantó la sanción: llegaron Havertz, Werner, Ziyech, Chilwell, Édouard Mendy y Thiago Silva, y las expectativas se multiplicaron. En diciembre, el Chelsea entró en una mala racha de resultados y cayó desde la primera plaza de la Premier hasta la novena y Lampard fue destituido a finales de enero. En su siguiente aventura en el Everton, duró un año: llegó para sustituir a Benítez con el equipo amenazado por el descenso y lo salvó con muchos apuros, pero fue despedido la temporada siguiente con el equipo penúltimo.