El arbitraje pasa de curso con nota
Una vez terminada la temporada tanto en Primera como en Segunda, es el momento de hacer una evaluación de la misma. Empecemos hablando de la Segunda, categoría donde estamos viviendo una renovación, porque en dos o tres años ha cambiado más de la mitad de la plantilla. Creo honestamente que está subiendo el nivel y aquí hay que dar tiempo al CTA para que esa renovación vaya tomando forma.
Hay que ser crítico con el CTA, pero a la vez entender que no puedes llevar el arbitraje donde tú quieres en dos años. El proyecto es de futuro y ya iremos viendo hacia dónde nos conduce.
En Primera hemos visto como los tres ascendidos han tenido un año muy bueno, aunque siempre digo que el más difícil es el segundo, así que no deben relajarse ante su temporada de la verdad. La clase media se ha asentado muy bien y ha progresado. Y en la parte alta hay dos árbitros que tienen que resetearse. Tienen calidad para hacerlo mejor y ellos mismos saben que es así. En el deporte de elite no te espera nadie. O estás o te pasan por ambos lados. Los otros internacionales han sacado la competición con una nota muy alta, como se espera de ellos.
Para confirmar que ha sido una muy buena temporada basta con observar que la mayoría de los aficionados coincidirán en los descensos con el CTA, debido a las diferencias que ha habido en el terreno de juego. En el deporte de elite, cuando tienes un mal año se nota demasiado. Y esto no quiere decir que seas malo, sino que tus compañeros lo han hecho mejor; en el arbitraje también se compite.
Y todo esto en un año muy convulso por el caso Negreira-Barcelona, que ha puesto a los colegiados en el punto de mira y ha hecho que el CTA sufra ataques de gente que, no nos engañemos, lo único que quiere es influir para sacar beneficio y a los árbitros. Esto no es nuevo, es la historia de siempre, pero en mi opinión está temporada arbitral ha sido muy buena.
Que hay cosas que mejorar, sin duda, tanto en el CTA como en el campo, pero la crítica que sea siempre para sumar y sabiendo que en nuestra profesión siempre se va a poner en duda cualquier decisión que tomemos.
Desde estas líneas mi admiración al colectivo arbitral, pero ya me conocéis, el primer crítico con vosotros seré yo. Cuando en cualquier colectivo solo se resaltan los errores y nunca los aciertos, la imagen que se traslada al público es irreal y dirigida a que se piense que ese colectivo está muy mal. Son tácticas goebbelianas y muy viejas. Y para terminar os dejo por aquí una frase muy arbitral que en estos meses estará muy de actualidad; “Qué bueno soy porque he subido de categoría; qué sinvergüenzas son, me han bajado”.
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