De la Fuente nos recetó dos clásicos
La mano inocente del sorteo de Copa fue el nuevo seleccionador, Luis de la Fuente. Buena elección, porque este es hoy por hoy un hombre contra el que nadie tiene nada, dado que todavía no ha dado su primera lista; cuando la dé, ya veremos. Metió la mano en los bombos y nos recetó unas semifinales Madrid-Barcelona y Osasuna-Athletic. O sea, dos clásicos que echarnos a la boca, más la seguridad de que uno de los dos grandes estará en la final. El otro saldrá de ese otro doble choque entre el eterno Athletic y Osasuna, que tampoco es de anteayer, pues hace un año que cumplió los cien y esta temporada va como una moto, dispuesto a celebrarlo.
Más de uno lamentará que sea imposible el Clásico en la final, pero yo prefiero que en el fútbol español no todo se reparta entre ellos, sino que haya otros con posibilidad de protagonismo y hasta de victoria, caso del Atlético, el más insistente en combatir el duopolio. Madrid y Barça acaparan demasiado. Incluso da la sensación de que siempre estén jugando el uno contra otro por terceros interpuestos. Es el caso de esta misma semana, que debería descansar de fútbol, pero que nos trae esos Betis-Barça y Madrid-Valencia en los que para la gran mayoría lo que se juega no es la suerte del Betis o el Valencia sino esos cinco puntos de ventaja del Barça en la tabla.
Partidos arrastrados por la Supercopa de España, que ya se decidió entre ellos por cierto, y en favor del Barça, en buena racha de resultados, aunque a Xavi se le reprocha que el equipo no toca los violines como cuando él jugaba. Ahora ha perdido a Dembélé, pero el plazo hasta la primera semifinal, en el Bernabéu, da para que se cure. En cuanto al Madrid, su equipo campeonísimo del año pasado empieza a acusar lo que podríamos llamar ‘fatiga de materiales’, léase por materiales Kroos y Modric, claves del engranaje, y Ancelotti anda entre si meter los repuestos ya de una vez, léase Ceballos y Camavinga, o esperar. El próximo Mundialito dará pistas.