Cambios sin chispa

En el fútbol moderno, con la cantidad de partidos y lo ajustado del calendario, los cambios son fundamentales para que un equipo mantenga un alto nivel físico y competitivo. Por otra parte, saber cambiar el planteamiento en un encuentro que va mal, metiendo jugadores desde el banquillo que aportan algo diferente, es una virtud de los grandes entrenadores. Los estrategas capaces de detectar rápidamente los problemas del juego de su equipo y cambiarlo con una o dos sustituciones no tienen precio en nuestros días. Xabi Alonso es un entrenador intervencionista, pero hacer cambios en el Madrid no es tan fácil como en otros equipos.

En todos los sitios hay futbolistas que se cabrean como Vinicius cuando son sustituidos, pero no tiene la misma repercusión. Luego tenemos el estatus de Mbappé, que solo puede ser sustituido si tiene molestias o el partido se está ganando por goleada. Estas dos realidades pueden condicionar las decisiones del entrenador, pero se está viendo que hay algo más, porque las sustituciones no consiguen cambiar positivamente la dinámica de los partidos. Es fundamental que los suplentes se sepan valorados por el técnico y capacitados para entrar al campo con ascendencia para activar a los compañeros y con posibilidad de ganarse el puesto de titular. Si no hay electricidad en el banquillo los cambios son insulsos, no aportan energía ni agitan el partido.

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