Buenas y malas noticias en el Madrid

La primera buena noticia para el Madrid fue que el Barça regresó de su visita al Betis con un solo punto, algo a lo que habría que añadir que no mereció más, sino si acaso menos. En el Betis reapareció Isco, tanto tiempo ausente, y su retorno vivificó al equipo, que jugó mejor que lo venía haciendo. Entre eso y que Flick debilitó demasiado el equipo con los cambios, se puede decir que el Barça le debe el punto a su portero, Iñaki Peña. Aún así estuvo cerca de ganar con un gol de Lewandowski y la magia de Lamine, pero no hubiera sido justo. Una virguería de Assane Diao en el descuento dejó el marcador en 2-2.

Bueno para el Madrid, en el que Ancelotti se bajó de su proyecto de ‘eneryía’, retiró a Tchouameni del medio centro camuflándole de central a costa de Asencio (¿qué ha hecho el chico para perder el puesto?) y acompañó a Valverde de violinista. Al principio apretó el Girona con un ritmo alto y buen juego, pero cuando el Madrid pudo sacar la muleta se vio a las claras que el partido sería suyo. Bellingham, que vuelve a estar en modo Di Stéfano, abrió el marcador y lanzó a Güler para un segundo gol magnífico. El tercero lo consiguió Mbappé, en una jugada que debe servir para levantarle el ánimo.

Dos buenas noticias, el empate del Barça y la victoria propia, con los adobos de un gol de Mbappé y el regreso al fútbol de taco de billar en lugar de bate de béisbol. La mala fue que otros dos jugadores se retiraron con molestias musculares, el primero de ellos nada menos que Bellingham, ahora que estaba de nuevo como en el primer cuatrimestre del curso pasado. El otro fue Mendy, cuya baja es grave por acumulación, pero su puesto tiene cabo de guardia. El que no tiene a quién pasarle los trastos es Bellingham. Su presencia en Bérgamo el martes me parece tan imprescindible como rociar de agua bendita el vestuario.

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