¡Ay, esa musiquita!

Es algo que vuelve de forma automática como las golondrinas en primavera, las hojas muertas en otoño o la lotería en Navidad. Una costumbre en los clubes de fútbol, y especialmente en el Madrid, que no falla. Por desgracia. Pocas horas después de la derrota del club blanco en el derbi, se empezó a oír esa musiquita del cambio de entrenador. No se tomó en cuenta las seis victorias en siete partidos ni el hecho de que perder en casa de este robusto vecino llamado Atlético no es nada vergonzoso. Ni siquiera se insistió en que, por el lado merengue, faltaba todavía Vinicius. La musiquita vino con una letra muy clara: “Xabi Alonso será el entrenador del Madrid la temporada que viene”. Una sola derrota y ya empezamos a poner en duda el futuro de Carlo Ancelotti.

No es ningún invento por parte de los compañeros que dieron esta información sino, como siempre, algún soplo de alguien de dentro del club. ¿Con qué propósito? Señalarle ya como el único culpable por si las cosas no funcionan bien en los próximos meses. Cierto es que el contrato de Carletto finaliza en junio pero les puedo asegurar que, si el Madrid quiere ofrecerle una renovación, el míster la aceptará con alegría. Sabemos que Xabi se sentará un día en el banquillo merengue pero el melómano Ancelotti sabrá convivir con esa musiquita y dar guerra durante un buen tiempo.

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