Cambio de planes
El tercer campamento de la edición nos recibió con una lluvia intermitente, pero intensa, que acortó la etapa en las afueras y cambió la zona de descanso en el vivac.
Si antes de llegar a Arabia hubiese tenido que apostar por algo, jamás hubiese sido por lluvia. El desierto no suele darle la bienvenida al agua de manera natural, pero siempre hay excepciones que confirman la regla y en esta ocasión, la hemos vivido en primera persona. Puede que nos precipitásemos demasiado a la hora de desplegar la tienda (jamás en los dos segundos que marca la funda) sabiendo las previsiones, pero con 25 kg en la maleta y las dos manos ocupadas, siempre hay prisa por descargar y liberarse cuanto antes. Pero como todo hay un por qué. El de estas prisas se basa en tener agua caliente para pegarse una ducha que es casi el mejor momento del día. Y aunque cumplimos con la misión, esa no fue el único agua que nos mojó.
Desde la sala de prensa tenemos acceso directo a las tiendas y la situación empeoraba por momentos. Cada vez más aire, más agua y más barro hacían acto de presencia en el campamento mientras que acortaban la etapa en el alrededor, por lo que hubo que sacar todos los bártulos que habían dentro de una tienda, que en algún momento descubriremos si se inundó por dentro. No será esta noche, pues tenemos cambio de planes. La sala de prensa no solo será nuestro centro de trabajo sino que también, se convertirá en un dormitorio improvisado para poder lidiar con una lluvia que nos ha dado una lección: hay que llevar paraguas (o en este caso chubasquero) siempre.