¿Importa la nacionalidad del seleccionador? La historia respalda a Tuchel
El nombramiento del alemán como técnico de Inglaterra ha reabierto el debate sobre el éxito de los entrenadores extranjeros en una selección.
Desde el anuncio de Thomas Tuchel como nuevo entrenador de Inglaterra, no han dejado de llover las críticas de parte de la prensa internacional. Ha sido Inglaterra quien realizaba la valoración más dura. “Día negro”, decía el Daily Mail. En Alemania tampoco se quedaban cortos y se burlaban de la elección. “La desesperación en Inglaterra debe ser enorme si admiten que ahora sólo un alemán puede ayudar”, señalaba Bild, recordando la ausencia de técnicos ingleses de renombre. ¿El motivo de este bombardeo a Tuchel? No es inglés.
Y es que en Inglaterra, y en la mayoría de países, no es de agrado que un extranjero dirija al combinado nacional. La falta de un sentimiento de identidad y pertenencia hace que se ponga en duda que pueda cumplir con las expectativas. Así lo hacía saber el alemán tras tomar la palabra este miércoles en rueda de prensa, consciente de las críticas recibidas: “Siento no tener pasaporte inglés”. Pero no siempre ha sido así. Recordemos que antes de la renovación con el Madrid, la selección brasileña intentó que Ancelotti dirigiera a la ‘canarinha’, una noticia muy esperada por los aficionados, que nunca llegó a hacerse oficial.
Lo cierto es que la devaluación de los técnicos ingleses ha provocado que aquellos de élite no tengan grandes insignias en su currículum. Y es que no es la primera vez, ni será la última, que un entrenador extranjero coge los mandos de una selección nacional ¿Es histórico que un alemán entrene a Inglaterra? Sí. ¿Es malo? Veamos que dice la historia.
Eriksson y Capello abrieron el camino
La llegada de Sven Goran Eriksson en 2001 marcó un punto de inflexión para la selección inglesa. El sueco fue considerado por la FA como el segundo mejor entrenador en la historia del equipo, solo superado por Alf Ramsey, quien llevó a Inglaterra a su primer y único título mundial en 1966. Durante su gestión, Eriksson llevó a la selección a los cuartos de final en los Mundiales de Corea y Japón 2002 y Alemania 2006, así como a la Eurocopa de 2004 en Portugal.
El sueco allanó el camino para que Fabio Capello tomara las riendas del equipo dos años después. Sin embargo, la etapa del italiano no fue tan exitosa. Bajo sus mandos, los ‘Three Lions’, cayeron ante Alemania en octavos de final del Mundial de 2010 por 4-1. Su corta experiencia inglesa no le permitió siquiera disputar la competición europea, pues Capello presentó su dimisión como seleccionador de Inglaterra a cuatro meses de la Eurocopa de 2012. El ‘caso Terry’ fue determinante en su decisión. “La federación me ha insultado y ha quebrantado mi autoridad”, declaró en aquel momento.
Kubala y Roberto Martínez, el ejemplo español
El quinto máximo goleador de la historia del Barça, el húngaro Kubala, tomó las riendas de la selección española entre 1969 y 1980, convirtiéndose en el entrenador que más tiempo estuvo en la selección. Aunque los datos dicen que fue una etapa oscura para el fútbol nacional, pues bajos sus órdenes, ‘La Roja’ no logró clasificarse para los Mundiales de 1970 ni de 1974 y dejó unos números de 31 victorias, 21 empates y 16 derrotas.
Sin embargo, la realidad es que no todo es negro en la historia de las selecciones dirigidas por extranjeros. De hecho, son muchos los casos en que las barreras culturales se han disipado con éxitos. Para encontrarlos solo hay que mirar a nuestro país vecino. Y es que el español Roberto Martínez, actual seleccionador portugués, se convirtió en un referente en Bélgica, tras hacerse cargo en 2016 de una selección belga de las más potentes que se recuerdan: la de De Bruyne, Courtois, Lukaku, Hazard y compañía. Al mando de los diablos rojos, logró un más que meritorio tercer lugar en el Mundial de 2018, el mejor resultado de su historia. También llevó al equipo a la cima del ranking FIFA en varias ocasiones.
Guus Hiddink y Milutinović, el sueño coreano y mexicano
El neerlandés Guus Hiddink tomó las riendas de la selección de Corea del Sur en 2001. Conocido por su enfoque táctico y su habilidad para unir a los jugadores, llegó a un país con un fervor por el fútbol, pero sin una historia destacada en competiciones internacionales, hasta ese momento. Fue en el Mundial de 2002 cuando o a Corea del Sur a las semifinales, venciendo a potencias como Italia y España en el camino. Hiddink se convirtió en un héroe de un país que llegó a soñar con levantar la Copa del Mundo.
Algo parecido sucedió con el serbio Bora Milutinović, que dejó su huella en el fútbol mexicano. Su aterrizaje forzoso en 1985 coincidió con un periodo de incertidumbre, pero rápidamente transformó al equipo en una unidad competitiva. Durante la Copa del Mundo de 1986, celebrada en México, Milutinović alcanzó los cuartos de final.
Ningún Mundial con un entrenador extranjero
Pero no es oro todo lo que reluce, porque aunque ha habido muchas historias felices, pocas han tenido un final realmente glorioso, al menos en Europa. Basta con acotar la lupa a los títulos levantados por entrenadores extranjeros, para darse cuenta que son pocos los que han conseguido esta hazaña. En el ámbito mundialista, ninguna selección ha ganado un Mundial con un entrenador extranjero.
En Europa fue el alemán, Rehhagel, el que en 2004, llevó a la ‘cenicienta’ Grecia a conquistar la Eurocopa de Portugal, ante un jovencísimo Cristiano Ronaldo, cuya estampa llorando tras la derrota aún se recuerda. Tuchel ya sueña con igualar la gesta de su compatriota.
Ahora bien, si cruzamos el charco, en la Copa América, si que existen más casos en que técnicos extranjeros se han alzado con el título.
El español José Lago Millán hizo historia en 1927 al convertirse en el primer entrenador extranjero en ganar la Copa América con Argentina. En 1939, el británico Jack Greenwell se convirtió en el segundo europeo en conseguirlo, llevando a Perú a levantar primer título al vencer a Uruguay en la final.
24 años después, el brasileño Danilo Alvim logró la misma hazaña con Bolivia. Ya en en el siglo XXI, Sampaoli y Juan Antonio Pizzill levantaron el título con Chile, tumbando en ambas ocasiones a su Argentina natal. “Los argentinos sintieron curiosidad por mí cuando le ganamos la Copa América con Chile en 2015″, dijo Sampaoli en una entrevista en El País.
De Europa a América, la nacionalidad de un entrenador no siempre define su éxito en una selección nacional. La historia europea y sobre todo americana, dice que es posible que un entrenador consiga ganar títulos (al menos continentales) con países que no son los suyos. Aunque esto no sirve, al menos hoy por hoy, para que las dudas alrededor de Thomas Tuchel dejen de sacudir a una Inglaterra que lleva 58 años sin levantar un título internacional. Solo el tiempo dirá si todo lo que necesitaban, tal y como dice la prensa germana, era un alemán.
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