Cuatro temporadas consecutivas en Segunda B han sido, para uno de los diez padres fundadores de LaLiga, 44 temporadas en Primera y 33 en Segunda, una insoportable travesía del desierto. Esos lodos llegaron después de los polvos que levantaron Dmitry Piterman, Alí Syed y compañía. Solo la batalla irreductible y desesperada de su afición, sin ayuda de las instituciones, logró evitar la desaparición del club. Y de milagro.
Ahora, con 106 años de historia, los de El Sardinero regresan al fútbol profesional con un club estable, unido y soportado económicamente en el Grupo Pitma, un entramado empresarial con intereses en la distribución de energía, la telefonía y la seguridad, entre otros, propiedad de Alfredo Pérez y Pedro Ortiz, dos empresarios torrelaveguenses que actualmente son presidente y vicepresidente del club, respectivamente y poseen el 62% de las acciones de la entidad.
El objetivo racinguista, que lastrado por el pago del concurso de acreedores tendrá el menor límite salarial de LaLiga Smartbank, es asentarse en la categoría. Lo de reverdecer laureles en LaLiga Santander no se atreven ni soñarlo. Viniendo de donde viene, a la sufrida afición racinguista eso ya le parece un sueño.
Carácter. Si hay algo que define al ovetense, en su época fino extremo en Oviedo, Tenerife y Rayo Vallecano, es la intensidad. Vive los partidos al 200% y exige lo mismo a los suyos. Con la llegada de Luca Zidane apuesta por salir con la pelota jugada desde atrás, bien con 4-4-2 o 4-2-3-1, pero en absoluto se puede definir como tiqui-taca. No quiere tener la pelota por tenerla, su plan es llevar muy rápido el balón a las bandas y atacar desde allí. Antes entrenó, en Segunda B, al Caudal y al Villanovense.
Con más de 250 partidos en la elite de su paso por Betis, Osasuna y Las Palmas. Álvaro Cejudo está llamado a poner el toque de calidad y experiencia en un bloque que en su mayoría llega junto desde la Segunda B. El de Puente Genil, machacado por las lesiones la pasada campaña, puede ocupar cualquiera de las tres posiciones de la línea de tres cuartos, aunque lo más probable es que Ania le confíe la plaza de mediapunta.
Un mes de pretemporada ha servido al joven marsellés, cedido por el Real Madrid, para tapar la boca a todos los que pensaban que estaba en el fútbol por ser el hijo de una leyenda. Ha hecho un verano para enmarcar: imbatido bajo palos y marcando absolutamente el fútbol de su equipo como iniciador del juego. El Sardinero ya está a sus pies.
A la espera de los últimos movimientos del mercado, el once tipo de Iván Ania es muy parecido al que logró el ascenso tras cuatro años en Segunda B. Las tres únicas novedades están en la portería, en la que Luca Zidane sustituye a Iván Crespo, que comienza la temporada lesionado y en el lateral izquierdo, donde Abraham Minero ocupa la plaza de Castañeda, nuevo jugador de la Cultural y en la punta de ataque, en donde dos veteranos pugnan por una plaza: David Barral y David Rodríguez.
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J.3Gran Canaria