El Madrid embiste al líder

No era una prueba del algodón definitiva, pero sí un oportuno test para calibrar el momento del Madrid. Y la comprobación resulto inmejorable: 71-85. Gran triunfo en Estambul, en la pista del líder, donde nadie había ganado hasta ahora. Séptima victoria seguida, sexta en la Euroliga que coloca a los blancos segundos en un triple empate con el Barça y el AS Mónaco a tiro de uno del Fenerbahçe. El Madrid metió 46 puntos en el primer tiempo y repartió 22 asistencias en total, seis de Musa, que añadió 18 tantos y resultó clave en el estallido del tercer cuarto con tres triples sin fallo y el Chacho de base. Chus Mateo celebraba con el éxito en el bolsillo lo bien que compartió su equipo el balón y Dimitris Itoudis se lo reconocía en el pospartido.

Ese espíritu solidario, la generación de ventajas y el acierto (70% de dos y 44% de tres) lanzó al Real, que tuvo a Tavares en 7 de 7 en el tiro más 4 asistencias y 3 tapones. El único lunar, las pérdidas entre el final del tercer acto y el inicio del último. Muy bien Deck, como siempre. Y elogiable actuación de Hezonja, con absoluta mentalidad colectiva y evitando alguna provocación rival. Se fajó de fábula en la defensa de los interiores y echó una gran mano en el rebote. Para cerrar, el croata no quiso anotar la última canasta solo debajo del aro en un guiño al adversario y dejó pasar el tiempo. Su equipo ganó los tres primeros cuartos y empató el último para una valoración de 66 a 108.

Las bajas de Wilbekin, Guduric y Dyshawn Pierre (Bjelica aún no ha debutado) dejaban algo mermado al líder, pero con el resto de su arsenal y en su cancha, en un intensísimo Ulker Sports Hall, el Fenerbahçe aún es mucho rival. Afrontaba la visita del Madrid con nueve victorias en la Euroliga y una única derrota, en el Palau y por un punto. La salida de tacos blanca resultó magnífica (11-25, minuto 8) con Tavares cerrando el aro y generando muchas cosas en ataque, situaciones de ventaja. Solo Booker sumaba algo en los locales. La segunda falta de Cornelie llevó a Chus Mateo a relevarle por Abalde y poner a Deck de cuatro (el argentino apretaría más tarde al base, a Calathes, también bien vigilado por Williams-Goss) y luego a Hezonja. Hicieron una gran labor, aunque al tiempo Motley se creció (16 tantos y 5 rebotes al descanso) y se erigió con su poderío atlético en el pilar de la reacción: 28-34, minuto 15. La irrupción de Causeur, el acierto de Llull, un triple de Hezonja… daban otro empujón a los blancos, que se iban al intermedio con +12 (34-46).

La primera parte había sido de nota, con un aprovechamiento máximo de las posesiones (14 de 19 de dos), sin apenas pérdidas de balón (4), y una defensa muy buena, alejando de lo mollar a Calathes y sin que Carsen Edwards entrará en dinámica, tampoco Mahmutoglu en ausencia de los dos escoltas principales de Itoudis. Pero todavía resultó mejor el inicio del tercer periodo, en el que Musa dominó la escena (tres triples del bosnio y otro de Cornelie para cuatro sin fallo). El Real era una ametralladora desatada y el Fener solo pudo ponerse a cubierto: 41-64, minuto 25. Entonces, con ese +23, Tavares cometió la tercera y la cuarta tras una técnica y los de Estambul con tres libres de Hayes y un triple de Booker armaron un motín (49-64) frenado por un tiempo muerto de Mateo. El Chacho serenó las cosas con una entrada y un balón interior a Poirier y luego un par de errores de Llull dejaron aún vivo el pulso a falta de un cuarto.

Y como el Fener vio que aún coleaba se lanzó a intentarlo con Edwards y el turco Sehmus Hazer, dos revolucionarios. Apretó atrás y forzó balones al limbo del Madrid, lo que temía tanto Chus Mateo, que avisaba en la previa de que el Fenerbahçe promediaba casi 13 puntos tras pérdida del rival. Fracasado todo lo anterior, ahí encontraron los locales su asidero con el respaldo de una grada que lo protestaba todo, presionando hasta el extremo a los árbitros.

Itoudis se llevó una técnica para elevar la temperatura de la caldera y Tavares, que ya había vuelto con cuatro faltas, tuvo entonces serenidad para evitar la quinta cuando le buscaban y aplomo para encontrar al tirador liberado, a Hezonja, que con un triple desde la esquina con una estética impecable apagaba la olla exprés. Los últimos cuatro minutos quedaron para terminar de cocinar a fuego lento un triunfo de enorme mérito en la cancha del líder. El sexto seguido en la Euroliga, de estar fuera del playoff a acechar el primero puesto.