Yo, por Joselu... Mato

Te lo mereces, gallego. En París estuvo como aficionado en mayo de 2022, disfrutando con la 14 y gozando con el equipo de su corazón. Pertenecía al Espanyol, pero no le importó viajar a la ciudad de la Torre Eiffel con su camiseta blanca, esa que tantas alegrías le ha dado en sus 33 años de vida. Al fin vio cumplido su sueño este verano y llegó al Bernabéu con el prisma de la crítica afilada al verle como un fichaje de corte menor. Ya sabemos que no es Haaland o Mbappé, pero muchos olvidaron que es el Pichichi nacional de la última Liga y que es, sin lugar a dudas, el mejor rematador de cabeza de nuestro fútbol. Percute con la testa como si fuese de acero. Tenía que ser en Alemania, donde nació por circunstancias familiares en Stuttgart, a 632 kilómetros de Berlín. Un escenario mítico, el Olímpico, en el que sacó el catálogo poniendo su firma en dos goles de cabeza y uno más al larguero, que evitó un hat-trick imperial. Joselu se reivindicó con ese 14 a la espalda que nos recuerda cuántas Champions lleva el Madrid, el indiscutible Rey de Europa. Por eso pido desde aquí un respeto para este goleador nato criado en Galicia y macerado en la Bundesliga y la Premier antes de regresar a la piel de toro. Joselu ya lleva 8 goles y se acercará a la veintena. Dejémosle vivir su sueño con alegría. No estás solo. Yo, por Joselu... Mato.

Y Dani se reivindica. La victoria soñada para completar el Pleno al 18 llegó finalmente con la firma de otro españolito que se lo curra para demostrar que el Madrid tiene fondo de armario. Dani Ceballos puso el 2-3 definitivo en los últimos alientos de la velada con un remate mordido que permitió a Florentino gritar de alegría desde su domicilio madrileño. No solo por ganar, sino porque el gol del utrerano supone casi 3 millones de euros para la caja. El empate daba sólo 930.000 euros. O sea, que el gol de Ceballos vale 1.870.000 euros. Dani, pide prima extra campeón. De hecho, tras ganar al Nápoles en el Bernabéu se le acercó el presidente a Ancelotti en el vestuario y le dijo: “Carlo, en Berlín hay que ganar como sea”. Eso es el Madrid en Europa. Ambición pura. No hay ‘amistosos’.

El pleno perfecto. Lo de ganar los seis partidos de la primera fase no es una cuestión baladí más allá de lo económico. Es un registro que prestigia a la entidad, que refuerza su candidatura a la 15. Ya sé que no somos un club-Estado, que no tenemos chequera ilimitada, que no gozamos de favores arbitrales, que somos incómodos para la organización... Por eso, es bueno seguir luchando con el disfraz de Robin Hood, obligados por la Historia a ser siempre ejemplares, a buscar la victoria sea en el contexto que sea, con seis españoles en el once titular (muy bien, Fran). Y si se falla un penalti (tranquilo Luka, lo meterás el día que haya en juego un título) y nos meten un gol tonto, el equipo se levanta y no para hasta cantar victoria. Ancelotti tiene la máquina bien engrasada y aquí no hay rotaciones salvajes. El prestigio no se negocia.

Afición eufórica. Olé por los 2.500 madridistas que desafiaron al frío berlinés para acompañar a su tropa en otra noche feliz europea. Este Pleno al 18 va por mis amigos José, Óscar ‘Gorrilla’ y Mariano, de la peña ‘Casilla Blanca’ de Villanueva de la Vera, Carlos Tapiador de la peña ‘Santiago Bernabéu’ de Malagón, Nino Capel de Albox y Gabriel Ortega de la peña Mortera Blanca (Cantabria). Y por Toñín ‘El Torero’, que va a ganar la batalla que le está deparando la vida. ¡Ánimo, jabato!

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