Xavi puede presumir ahora

Nadie sabe lo que será del Barça en esta Liga, tampoco del Atleti, pero al menos dejaron uno de esos partidos que legitiman la competición. Hubo un vencedor y un vencido justos, aunque los de Xavi afearan su final de encuentro y los de Simeone emprendieran un empuje que le aproximó y mucho al empate. Pero el Barça fue mejor al cuajar seguramente su versión más completa del curso. La mezcla de De Jong, Gündogan y Pedri, extraordinario el partido del canario, dibujó a un equipo brillante con balón e intenso sin él. A partir de sus tres centrocampistas, situados a alturas distintas, el Barça atrajo la falsa presión del Atleti y movió con rapidez para descerrajar al bloque de Simeone. Si este se cerraba por dentro, el equipo culé encontraba la amplitud por fuera en un dos para uno de Raphinha y Koundé. Cuando basculaba en exceso, quedaba liberado el lado débil donde João Félix explayó su elegancia y capacidad creativa. Al final, el Barça, que sudó y jugó al mismo tiempo, hiló fútbol, y el gol fue producto exclusivo del juego. Xavi acertó en la composición del once, con Koundé como lateral y Araújo como central. Ya podrá enfadarse el francés, pero esa disposición beneficia al colectivo tanto en defensa como en ataque. Parece que por ahí no debe haber más discusión interna. Al Barça solo le faltó la compañía de Lewandowski en la finalización, pero contó con la labor salvadora de Iñaki Peña como contrapeso.

Ahora se preguntará Simeone el porqué su equipo tiró la primera parte. El principio de cautela que invadió el planteamiento no le sirvió para hacer frente a la verborrea futbolística local. Su posesión resultó terrible y se deshizo ante la presión blaugrana. Koke fue un cúmulo de pérdidas, los tres centrales erraron la salida y al Atleti le tocó acularse en tablas pese a los intentos de Griezmann. Peor parado salió Nahuel Molina, que pecó otra vez de falta de contundencia. El Atleti tuvo otro color cuando el partido agonizaba. Simeone le dio otro aire con los cambios, faceta en la que Xavi tardó demasiado, y la permuta del sistema con cuatro atrás. Además, se añadió un espíritu distinto, que hizo creer al Atleti en el empate, pero cuando eres peor que el rival en líneas generales lo normal es que pierdas. Es inevitable que el Atleti se rasgue las vestiduras por volver a caer en Barcelona, al igual que Xavi saque pecho ahora por la victoria y el relato. El Barça apeló al juego y ganó con merecimiento. Sufrir, con Lewandowski, estará en su ADN esta temporada.

La construcción del gol

Pedri viene a recibir directamente de Iñaki Peña y saca a Giménez de zona. Koundé se abre para ofrecer el pase al canario. Mientras, Raphinha toma el interior para entrar en escena en el espacio libre. El Atleti se rompe y se genera la opción del gol de João Félix.

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