Vinicius-Mbappé, ‘habemus’ problema

Cada partido juega peor, y miren que es difícil. El Madrid se volvió a caer con todo el equipo en otra noche fatídica que denuncia su nula autoridad en el juego y su desbarajuste permanente. Nadie se salva, empezando por Ancelotti, que ni devolver a Bellingham a la punta del rombo en el 1-4-4-2 en fase ofensiva le sirvió de nada. El Milan de Morata, como antes hicieron otros, le sacó los colores de inicio a fin, sin ningún signo de enmienda por parte del equipo blanco. No es que no corra, es que corre mal porque su desorganización le persigue. Y resulta complicado que la situación cambie en el corto plazo si Ancelotti no mete en vereda a Vinicius y Mbappé. En el fútbol actual es un sacrilegio defender con dos futbolistas menos, y es lo que sucede en el Madrid. Las dos referencias de arriba se inhiben de sus labores sin el balón y cada vez que las jugadas le superan no suman una carrera, un esfuerzo o un retorno en favor del bloque. Ningún ápice de solidaridad en dos figuras que corrompen a todo un bloque ya de por sí precario. Los medios rivales, en este caso Fofana y Reijnders, juegan a lo que quieren, atraen a sus homólogos y dominan la escena ante un adversario sin definir, partido por el eje y malogrado tácticamente.

A partir de la desconsideración defensiva de sus delanteros, las contradicciones se repiten línea por línea. Lo de Tchouameni está más que señalado, aunque el francés se ha empeñado en recordar sus deficiencias en todos los encuentros. Pero el problema va más allá, en una estructura incapaz de corregirse ni por dentro ni por fuera, que va a saltos y es víctima total de su descompensación. El Milan pudo correr con Pulisic, encontrar al espacio al Leão y apoyarse en la actitud estajanovista (y el gol) de Morata. Militao y Rüdiger quedaron retratados una noche más y Lucas Vázquez descubrió sus defectos para parar a los extremos de nivel que le enfrentan. En cualquier caso, las debilidades individuales remiten a las limitaciones colectivas de las que Ancelotti es el principal responsable. La actitud táctica delirante del Madrid le deja fuera de lugar y compromete ya sus posibilidades en esta temporada, aunque tiene tiempo de sobra para rectificarse a sí mismo. Lo primero para Ancelotti sería obligar a Vinicius y Mbappé a defender. Es el mínimo exigible.

Con dos menos

Vinicius y Mbappé dejan el pase abierto de Maignan a Fofana y luego se desentienden de la jugada. Modric y Camavinga saltan a destiempo, con Pulisic a su espalda para activar la transición del Milan que acabó en ocasión de gol.

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