Urge un cambio de rumbo

Como si de una montaña rusa se tratase. Así está siendo el camino del Mirandés esta temporada. Manteniéndose fiel a su política de fichajes con la segunda plantilla más joven de la categoría, pagó la novatada en el arranque del campeonato, como suele ser habitual, con un bloque en construcción. Después llegó el mejor momento, que se cimentó en el trabajo defensivo al acumular cinco encuentros sin recibir gol y asentarse en la zona media. Y ahora toca vivir una situación más que delicada con cuatro derrotas seguidas que han encendido las alarmas dentro del club.

Y no por el puesto en la clasificación, ya que los rojillos se encuentran tres puntos por encima del descenso, sino por la mala imagen en los últimos partidos. Las palabras de Alessio Lisci tras la dolorosa derrota en Cartagena supusieron un antes y un después en el equipo. Espanyol, Huesca y Tenerife se han llevado la victoria sin grandes alardes, aprovechando la endeblez de un bloque que ha caído en picado, tanto en el juego como en lo anímico.

Ya no sirven las excusas. Ha llegado el momento de la verdad, el momento clave en el que se decide la temporada, y urge un cambio para revertir la situación. En el Heliodoro Rodríguez López se tocó fondo, con un equipo sin ideas, muy lento en la elaboración, sin capacidad para reaccionar y blando en defensa. Se ha tirado por la borda, en un abrir y cerrar de ojos, la buena renta de puntos conseguida en diciembre que hicieron soñar con una salvación más temprana. Pero no será así y, entre todos, tocará nuevamente remar en la misma dirección.

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