Opinión

Una pequeña gran sociedad y muchas caritas

Mbappé y Güler funcionaron al margen del partido. Son la gran noticia del Real Madrid hasta ahora; simplemente ganaron entre los dos. Salieron contentos. Otros no... y lo evidenciaron demasiado.

JESUS ALVAREZ ORIHUELA
Actualizado a

A la sombra de la decepcionante impresión que ofreció en el derbi, el Real Madrid hizo los deberes en el corazón de Asia, aunque Kazajistán figura desde hace algún tiempo entre los países que integran la UEFA. El Madrid alivió levemente sus heridas frente al Kairat, equipo casi desconocido que participa por primera vez en la Liga de Campeones. Tiene las horas contadas en el torneo. No entrará entre los ocho primeros, ni entre los ocho siguientes. Difícil que gane o empate algún partido. No fue rival para el Real Madrid, incluso para una floja versión del equipo que dirige Xabi Alonso.

Mbappé se encargó de marcar diferencias, como ha ocurrido durante los nueve partidos que ha disputado el Madrid, siete en la Liga y dos en la Copa de Europa. Ocho victorias y una derrota. El balance es casi irreprochable, pero la derrota fue sonada. El efecto de la catástrofe en el Metropolitano se apreció en el desempeño del equipo y en la gestualidad de los jugadores. La mayoría rumió visiblemente el trastazo del derbi.

Mbappé saluda a Xabi Alonso en el momento de su cambio.JESUS ALVAREZ ORIHUELA

Más que en el juego, la atención se centró en la respuesta de los futbolistas, no tanto al partido contra el Atlético, como a su reacción en un ambiente muy diferente al de las primeras jornadas, en las que Xabi Alonso pilotaba el equipo con seguridad y sin críticas. El caso es que algunos parecían insatisfechos.

Valverde, capitán, futbolista sensato, poco amigo de alardes en los medios de comunicación, no quiere jugar de lateral derecho. Viajó a Kazajistán, participó en la conferencia de prensa previa al partido, no figuró entre los titulares y tampoco entre los ingresaron en el segundo tiempo. Xabi Alonso declaró después del partido que el jugador uruguayo conocía la decisión y que no había problema ninguno.

Valverde, en el banquillo en Almaty.JESUS ALVAREZ ORIHUELA

También dijo que Vinicius no se molestó por su sustitución, aunque el brasileño no se ahorró un calentón de campeonato mientras se dirigía al banquillo. Alonso comentó el lance con serenidad. Resultó creíble, pero la actualidad del equipo mueve a la suspicacia mediática. Cada gesto cuenta y la expresividad de Vinicius anima a escrutar sus estados de ánimo.

Bellingham jugó 10 minutos. Terminado el encuentro, se dirigió al vestuario con gesto serio, malhumorado, dicen los cronistas que viajaron a Kazajistán. La titularidad del inglés mereció buena parte del debate post derbi, por su discretísima actuación, la elección que tomó Xabi al incluirle en el equipo inicial y el efecto dominó que produjo: Güler abandonó su posición hasta la fecha para jugar más a la derecha.

El turco marcó un gol y conectó un elegante pase a Mbappé en el primero del Real Madrid en el derbi, antes de ser el primer jugador (Asencio ocupó con antelación el puesto del lesionado Militao) sustituido en el Metropolitano. Contra el Kairat fue de nuevo titular en la zona que Xabi Alonso le había atribuido, con éxito, por cierto, en el Mundial de Clubes y en el comienzo de la temporada.

Una vez más, Güler confirmó que estamos ante eso que antes se denominaba pequeña sociedad. La suya con Mbappé es rotunda. Probablemente sea la gran noticia del Real Madrid hasta ahora. Si funcionó hasta en el vía crucis del derbi, hay derecho a pensar que es un gran regalo para el equipo. Frente el Kairat, funcionaron al margen del partido. Simplemente lo ganaron entre los dos. Salieron contentos. Otros, no. Lo evidenciaron demasiado.

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