Una fotografía para enmarcar

Este viernes, 23 de septiembre de 2022, es un día especial en el deporte. Se retira uno de los más grandes del tenis. Un deportista universal. Icónico. Roger Federer. No podemos decir el más grande porque tiene el balance en contra ante sus dos máximos rivales, Rafa Nadal (24-16) y Novak Djokovic (27-23), que además le superan en la conquista de Grand Slams. Los números no le permiten sentarse en ese trono, al menos no se lo permiten hacerlo en solitario. Llamarle rey es un equívoco. Pero si le valoramos en el conjunto del Big Three, entonces sí… Federer ha participado en la época más impresionante, a la par que longeva. Por eso ha sido todo un acierto por su parte elegir la Laver Cup para su retirada, una competición sin arraigo, pero revolucionaria, que organiza el propio Roger. Junto a él, en el equipo de Europa, formarán sus dos oponentes históricos, Nadal y Djokovic, en defensa de los mismos intereses. Uno de ellos, Rafa, tendrá el honor de jugar junto a Federer su último partido de tenis, un dobles para los anales del deporte, una fotografía para enmarcar.

Federer no se ha visto en condiciones físicas para disputar un individual. Una pena. Aunque ese dobles con Nadal también es un gran final para tan bello relato. Roger y Rafa han protagonizado algunos momentos cumbre del deporte, han vivido una intensa rivalidad dentro de la cancha, pero al mismo tiempo han mantenido un vínculo de amistad y de respeto fuera de la pista. Como dice Federer, el ejemplo de su relación envía “un mensaje fantástico, no sólo para el tenis, sino para todos los deportes y tal vez incluso más allá”. Nadal y Federer ya compartieron un dobles en la primera edición de la Laver, en Praga en 2017. Aquella fue una imagen única. La de este viernes será la definitiva. Un cierre histórico. Guarden la foto, porque será la última del gran Roger.

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