Un rotundo campeón

Esta vez el título viene de una escapada tan larga que los perseguidores apenas han contado. El Madrid, que conoce todas las fórmulas en las soluciones de los campeonatos, ha ganado la Liga sin mirar atrás. Sus presumibles rivales, Barça y Atlético de Madrid, comenzaron a flaquear muy pronto. El Girona, con el que nadie contaba, le presentó batalla hasta el encuentro del Bernabéu, donde no hubo color. Goleó el Madrid y se despejó cualquier duda, si es que quedaba alguna.

No se trata, sin embargo, de un título más en la abultada cosecha de campeonatos del club. En contra de las previsiones que auguraban un complicado recorrido después de la partida de Benzema en busca de los petrodólares saudíes y las tempranas lesiones de Courtois, Militao, Alaba y Vinicius -el delantero brasileño apenas jugó en los dos primeros meses-, el Madrid ha respondido con eficacia, cohesión y multitud de recursos.

Donde se pronosticaban carencias se ha detectado una abundancia. Ha sido un rotundo éxito colectivo, no de los titulares, tampoco de suplentes. No se puede hablar de segunda unidad como en alguna que otra temporada. El ensamblaje general funcionó desde el primer momento. Los titulares de costumbre -Carvajal, Rüdiger, Kroos, Valverde, Vinicius y Rodrygo- han estado impecables. Los habituales suplentes de otras temporadas -Lucas, Nacho- han funcionado como un reloj en sus numerosas actuaciones. Por Modric pasan los años sin que se altere su juego: es una garantía de inteligencia, clase y personalidad. El nuevo jugador bandera, Bellingham, es un fichaje que marcará época. El que llegó cedido, sin ruido y pocas expectativas -Joselu- ha marcado 15 goles, nueve de ellos en la Liga. Brahim comenzó en el fondo del banquillo, ascendió todos los peldaños hasta frecuentar la titularidad y ahora es una mecha en el engranaje del Madrid. En cuanto a Lunin, el Madrid se ha encontrado con un portero que, por su trayectoria hasta ahora, nadie esperaba. Se ha comportado como un gigante en una portería que empequeñece a cualquiera.

Difícil recordar un Madrid tan completo, con una nota media tan alta en el conjunto de la plantilla. A Carlo Ancelotti le cabe el enorme mérito de aprovechar hasta el último ingrediente del equipo, sin poner excusas en la plaga inicial de lesiones. Desde el principio, su mensaje fue rotundo: el Madrid tiene una gran plantilla, tan buena o mejor que la de cualquiera de nuestros rivales en España y en Europa. La respuesta de los jugadores le han cargado de razón. El Real Madrid sólo ha perdido un partido, contra el Atlético de Madrid a finales de septiembre, es el equipo que más goles ha marcado (74), el que menos ha recibido (22) y está en disposición de acercarse a su máximo histórico de puntuación. Si sale victorioso de los cuatro partidos que faltan para cerrar el campeonato, logrará 99 puntos. Sólo en una ocasión, ha superado esa cifra. En la temporada 2011-12 fue el primer equipo en alcanzar los 100 puntos en la historia de la Liga española.

Es una temporada sin fisuras, de una firmeza impresionante, que se resolverá en Europa. Al Madrid le espera el inminente desafío del Bayern, siempre complejo por las características del equipo alemán, impregnado en Europa de una mística que siempre inquieta a sus rivales, aunque por mística ya sabemos quién es el residente in da house.

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