Opinión

Un gran paso de número uno

Había cierta incertidumbre en torno al estreno de Alcaraz en las ATP Finals después de su prematuro tropiezo en París, pero logró soltarse ante De Miñaur para demostrar que este curso es diferente a los demás...

Guglielmo Mangiapane
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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Las ATP Finals tienen doble premio en 2025: el número uno mundial a final de año y el título de maestro. No es la primera vez que ocurre. Así, a bote pronto, recuerdo la edición de 2016, cuando Andy Murray y Novak Djokovic se jugaron las dos coronas en el último partido. Fue una lucha fiera, después de dos temporadones de los dos contendientes, que se decantó en favor del británico, que tocó magistralmente su techo. Murray no volvió a levantar cabeza desde entonces. Su físico se quebró.

Esta vez no será necesario esperar a la final para saber quién se sentará en el trono de la ATP. Si Carlos Alcaraz llega a esa cita, ya sería como número uno, independientemente de que enfrente tenga a su rival por el cetro, Jannik Sinner. Pero dispone de otra vía más sencilla: ganar tres partidos. El español dio este domingo el primer paso, una zancada, con su victoria en su debut ante Álex de Miñaur. Ahora le faltan otros dos: Taylor Fritz y Lorenzo Musetti. Del camino se ha retirado Djokovic, que mantuvo la intriga hasta el mismísimo sábado. Más factible todavía para el español.

Había cierta incertidumbre en torno al estreno de Carlitos, después de su prematuro tropiezo en el Masters 1.000 de París ante Cameron Norrie. Al murciano no se le da bien este tramo final de la temporada. Y en las ATP Finals, concretamente, nunca había arrancado con éxito. El primer set mostró alguno de esos titubeos, de hecho llegó a estar 3-5 en el desempate, pero logró soltarse para demostrar que este curso es diferente a los demás, que viene más fresco, más mentalizado, y con ganas de rematar cuanto antes el objetivo. Ese número uno es más fácil que el título de maestros. Ahí, Sinner muestra más colmillo con su imponente racha de 26 victorias consecutivas bajo techo, pero este Alcaraz de 2025 es más poderoso que en años precedentes. Y está dispuesto a pelearlo. Partido a partido.

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