Un Bernabéu del siglo XXII
Todavía nos queda un año para poder disfrutar a lo grande de este Bernabéu que se va a convertir, con diferencia, en el estadio más majestuoso del planeta. Ya lo era por su incomparable historia futbolística. Basta reseñar las tres noches mágicas e irrepetibles que vivió este escenario mítico este año ante el PSG, el Chelsea y el City. Pero además, una vez que esté acabado este maravilloso proyecto, el mundo entero podrá disfrutar de una instalación única y apta para todos los públicos.
Habrá muchos turistas que lo primero que harán al dejar las maletas en el hotel es visitar ese Bernabéu que se va a convertir en el gran templo del ocio universal. Ni siquiera hace falta ser futbolero. Simplemente, si pasas por La Castellana y te encuentras esa maravilla arquitectónica, te pedirá el cuerpo pedirle al taxista que pare para ver qué se esconde dentro de esa piel luminosa que alumbrará toda la zona norte de la capital.
Pero hasta que llegue ese momento, la afición madridista contemplará mañana la impresionante evolución que he tenido el estadio durante estos cuatro meses de parón veraniego. Se han ganado varios miles de butacas del graderío que estaba cerrado por las obras del césped retráctil y el techo permitirá que los aficionados ubicados en la parte que da a la Calle Padre Damián no se vean cegados por el sol radiante que habrá a la hora del partidazo contra el Betis. El Bernabéu se ha puesto guapo justo a tiempo para ese ansiado reencuentro con sus aficionados con una cita futbolística inmejorable. Los dos mejores equipos en lo que va de Liga y únicos que han hecho pleno de puntos se verán las caras. No se lo pierdan.
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