Un ataque con misiles

Como aperitivo de Navidad, en un ambiente festivo, el Madrid afirmó su prosperidad y descosió a un Sevilla sin amparo atrás. Fue un coser y cantar para un equipo que enseñó todo su poderío nuclear cuando disfruta de espacios y se encaminó a la victoria rápidamente con dos misiles de Mbappé y Valverde. El primero ya es el que se esperaba, el segundo se mantiene pletórico. Aun así, el Madrid coqueteó de nuevo con desatenciones defensivas de calado, se dejó ir en algunas fases del partido y pudo verse comprometido entre el final de la primera parte y el inicio de la segunda. Nunca estropeó del todo una de sus versiones más convincentes del curso porque al Sevilla le pesó el escenario y se mostró impreciso en las áreas. Ante esa realidad, el resultado no peligró para el Madrid, que evidentemente se ha desatado en ataque.

Es esa la mejor noticia para Ancelotti. Sin apartar del diagnóstico la amabilidad de los últimos rivales, exaltada en los duelos ante Pachuca y Sevilla, el Madrid ha encontrado cierta continuidad a nivel ofensivo, con Mbappé ya en el aire. Ancelotti le exigió que fuera más regular en sus apariciones, y frente a un Sevilla quebrado por el eje el francés respondió a esa demanda. La posición de Bellingham también ha influido notablemente en esa mejora de Mbappé y del grupo, a la que se han sumado otros partícipes como Rodrygo, Brahim o Lucas Vázquez. Los dos últimos casos son paradigmáticos por lo que ofrecen sin la pelota. En continuo movimiento, el mediapunta es capaz de incidir en sus desmarques por dentro y a la espalda de la defensa para favorecer la presencia de Bellingham, Mbappé y el propio Rodrygo. Y con el balón se reconoce su talento a distancia. Mientras, Lucas Vázquez es un garante de la amplitud. Contra el Sevilla, Kike Salas e Idumbo se lo pusieron demasiado fácil. El protocolo funcionó para que se manifestara en el momento exacto y su empeño personal creó una sinfín de oportunidades para su equipo. Lucas estuvo muy bien al recuperar el nervio y actuar con una energía contagiosa. No será nunca un lateral derecho de máxima confianza en los duelos y en su posicionamiento defensivo, pero el ataque del Madrid agradece sobremanera la proyección que sirve. Su relevancia no se discute, como a Jesús Navas nadie le puede cuestionar su categoría de leyenda.

Aprovechando el hueco

Las concesiones del Sevilla en la presión facilitaron las apariciones de Brahim sin oposición. En la transición del 1-0, intervino a la espalda de los centrocampistas hispalenses con todo el espacio del mundo tras la salida de Bellingham.

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